Un policía alumno que se encontraba de permiso en Madrid, tras regresar de Valencia de auxiliar a las víctimas de la DANA dentro del contingente desplazado hasta la zona por la Policía Nacional, ha rescatado a una chica joven de apenas 18 años de edad que caminaba desorientada por las vías del Metro de Madrid.
Los hechos ocurrieron el pasado viernes, 15 de noviembre. El alumno de la Escuela Nacional de Policía llamado Pablo, de 23 años y natural de Sevilla, viajaba en el interior de uno de los vagones del Metro rumbo a ver a una amiga en el distrito de Salamanca cuando se detuvo debido a la presencia de una persona que venía caminando por las vías en dirección al tren.
«El tren se detuvo inesperadamente y nos comunicaron por megafonía que teníamos que esperar. En ese momento me preocupé y me dirigí a la cabina del maquinista para preguntar qué estaba sucediendo», ha señalado.
La mujer, que cada vez se adentraba más en el túnel, llegó a invadir el espacio entre ambas vías. En ese momento el policía alumno no dudó en salir detrás de ella para poder socorrerla, aún sabiendo que la circulación en el sentido opuesto no estaba cortada.
Desde el extremo del andén vi a una joven que venía desde la profundidad del túnel caminando por las vías. Vestía un chándal blanco y llevaba una marca negra en la cara. En un primer momento, pensé que podía ser alguien de mantenimiento, pero el maquinista me confirmó que no era normal. Ahí supe que tenía que actuar», ha expuesto el agente.
Tras llegar a su altura logró llevarla hasta el andén y ponerla a salvo. Finalmente la mujer fue atendida por personal sanitario y trasladada a un centro hospitalario. «Me identifiqué como policía y le pedí que saliera de las vías, pero no articulaba palabra» y se alejó. «En ese momento no sabía si los trenes seguían pasando por el otro sentido, pero tenía claro que no podía dejarla seguir caminando. En la escuela nos enseñan desde el primer día que somos policías las 24 horas, y que tenemos que actuar siempre que sea necesario», ha añadido.
«Finalmente, conseguí sujetarla y la llevé de vuelta al andén. Le pedí a los compañeros que me dejaran un momento a solas con ella. Quería comprobar si era española, si había sufrido algún tipo de violencia o si llevaba días desaparecida. Poco a poco, con los datos que obtuvimos, confirmamos que no estaba desaparecida, simplemente estaba desorientada», ha concluido.