El cantante, compositor, productor discográfico y antiguo miembro de la reconocida banda ‘Mecano’, Nacho Cano, ha sido detenido este martes en Madrid acusado de haber contratado presuntamente a inmigrantes mejicanos en situación irregular para su musical ‘Malinche’.
Su arresto se ha producido tras recibir la Policía Nacional varias denuncias en las que se señala a Nacho Cano como presunto responsable de un delito contra los derechos de la población inmigrante y otro delito contra los derechos de los trabajadores.
Según las primeras investigaciones, Cano habría contratado a inmigrantes en situación irregular para el musical Malinche, que se representa desde hace dos años en la ciudad de Madrid, habiendo superado ya las 500 funciones.
Al parecer, los jóvenes que trabajaban para Nacho Cano tienen el permiso de residencia denegado desde el mes de mayo. El atestado de la Policía indica que los 17 chicos y chicas mejicanos que llegaron hace 6 meses a Madrid para ser “becarios” del musical ‘Malinche’ tenían el permiso de estudios denegado, ensayaban 60 horas semanales y, además, algunos servían copas en el bar del espectáculo para ganar un dinero extra, según una información adelantada por el periódico de El País.
Tras tomarle declaración, ha quedado en libertad con cargos a la espera de citación judicial. Entre otros reconocimientos, Nacho Cano recibió en 2021, de manos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la Gran Cruz del 2 de Mayo por la «valentía» de mantener los teatros abiertos durante la pandemia del coronavirus.
Un musical con polémica
El musical ‘Malinche’, obra cumbre de la trayectoria de Nacho Cano, tuvo un arranque cargado de polémica. En un principio, este proyecto musical ‘Malinche’ iba a erigirse en una parcela municipal en el distrito madrileño de Hortaleza, algo que contó con un fuerte rechazo vecinal y que llevó semanas más tarde a Cano a trasladar su proyecto a IFEMA.
Para este proyecto ya se depositaron un total de 470.000 euros para que el músico Nacho Cano pudiera disponer de la parcela municipal de 19.500 metros cuadrados situados en la avenida Machupichu, en el distrito madrileño de Hortaleza, para su espectáculo por un periodo de 4 años. Aunque en un principio el proyecto contemplaba que la compañía Malinche The Musical Spain S.L., de la que Nacho Cano es el administrador único, iba a construir una pirámide de 30 metros de altura para acoger un teatro llamado ‘Malinche’, finalmente el artista se echó atrás y anunció una gran carpa provisional.
Este espacio iba a albergar un solo musical, de también nombre «Malinche», que narra la historia de amor entre Hernán Cortés y la mujer indígena que guio a sus tropas en la conquista de Méjico. Gran parte del resto de la superficie de este solar municipal corresponderá a un gran aparcamiento, de 10.000 metros cuadrados para 400 coches.
Protestas vecinales
No fueran pocas las protestas vecinales que denunciaron esta cesión tras años reclamando en ese lugar un instituto público de Formación Profesional de Grado Superior. La parcela es la misma que el Consistorio cedió en 2002 al ventrílocuo y empresario José Luis Moreno, investigado más tarde por la justicia, para levantar el faraónico Coliseo de las Tres Culturas, cuyas obras nunca comenzaron y dejaron una deuda de 13 millones de euros en las arcas municipales.
“Originalmente, la parcela estaba calificada para uso dotacional educativo y se recalificó en 2002 para uso cultural a fin de ceder su explotación por 75 años a José Luis Moreno”, recordaban las entidades de Hortaleza en sus convocatorias de movilizaciones, que llevan décadas demandando la construcción de un centro de Formación Profesional en ese solar. Una demanda nunca atendida ni por el Ayuntamiento ni por la Comunidad de Madrid.
Más de 20.000 personas firmaron contra el denominado Teatro Malinche de Nacho Cano, un proyecto que volvía a posponer el anhelado centro educativo, y además iba a traer “masificación a la zona, un terrible impacto acústico, problemas de movilidad y contaminación, perturbando el descanso y tranquilidad del barrio”, enumeraban entonces los convocantes de varias manifestaciones.
“El movimiento vecinal de Hortaleza quiere que se revierta la calificación de la parcela municipal de la avenida de Machupichu a su primitivo uso dotacional educativo, a fin de construir en el distrito un instituto público de Formación Profesional de Grado Superior de alta cualificación para titulaciones acordes a las nuevas profesiones y tecnologías emergentes”, argumentaban las entidades del distrito.
“Instituto que sí proporcionaría puestos de trabajo permanentes, no como este proyecto efímero, y lo más importante, permitiría dar formación a miles de jóvenes que podrían encontrar un empleo digno y contribuir al desarrollo social. Mientras Hortaleza sigue necesitado dotaciones públicas, no se pueden ceder nuestros terrenos para negocios privados”, sentenciaron.
