La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid juzga desde este miércoles, 3 de julio, a las 13:00 horas, a M. Z. G., un empresario de origen iraní que estafó 3 millones de euros a la empresa de transporte de viajeros en autobús La Sepulvedana para que invirtiera su dinero en un negocio petrolífero en Sudán.
La Fiscalía Provincial de Madrid solicita 2 años y medio de prisión para él. El representante del Ministerio Público le imputa un delito de estafa. El escrito de acusación recuerda que M. Z. G., un empresario que llegó a España en la década de los noventa, ha transmito desde entonces una imagen de alta solvencia empresarial, dedicado a la industria petrolífera, “con una vida de gran ostentación y fastuosidad”.
De hecho, residía en la Urbanización La Finca de Pozuelo de Alarcón de Madrid, “haciendo uso de vehículos de alta gama, relacionándose con políticos y empresarios de primer nivel o gastando ingentes cantidades de dinero en fiestas de lujo”,
Tras el fallecimiento del propietario del grupo La Sepulvedana, el acusado entró en contacto con la viuda e hijo para forjar una relación de amistad y cercanía “en la que transmitía esa posición acomodada mediante invitaciones en los mejores locales de la capital”. Así, poco a poco, se ganó su confianza “con el único objetivo de enriquecerse a costa del amplio patrimonio que sabía que estos tenían”.
Primero les informó de sus proyectos petrolíferos a través de la mercantil Star Petrolem S. A. “y, en especial”, de la intención de obtener los derechos de una reserva subterránea en Sudán del Sur, y a continuación les invitó a financiar el proyecto mediante una inversión de 3 millones de euros, al objeto de ser destinados íntegramente a la actividad petrolífera.
Una vez convencidos de la veracidad de las informaciones que les suministraba M. Z. G.., el 7 de julio de 2009 la familia M. Á., a través de la sociedad Dawton Group S.A., efectuó una transferencia de 3 millones de euros a una cuenta del acusado en el Commercial Bank Of Dubai. Una semana más tarde se formalizó un contrato de financiación entre ambas partes, por dicho importe y con el mencionado fin, avalando tal operación la mercantil Hypersonyc LTD de titularidad exclusiva del acusado y socia mayoritaria de Star Petroleum S. A.
Una vez recibida la transferencia el acusado incorporó a su patrimonio el total de la cantidad percibida “sin ingresarla en las arcas de Star Petroleum, ni destinarla a la obtención del derecho de explotación petrolífera”.
Ante la falta de respuesta sobre el destino del dinero y la explotación petrolífera, y tras requerir la devolución, el 17 de octubre de 2013 ambas partes suscribieron una adenda al contrato a fin de que el mismo fuera devuelto antes del 15 de diciembre de 2013 abonando el acusado exclusivamente 50.000 euros para simular una inexistente intención de devolución.