La Comunidad de Madrid dedicará su primera edición del Festival de la Guitarra a la huella artística del maestro Ramón Montoya. Esta cita reunirá en los Teatros del Canal, del 30 de abril al 4 de mayo, a las grandes figuras de la sonanta actual en cuatro galas de guitarra, cante y baile, con los veteranos maestros Rafael Riqueni, Gerardo Núñez y Alfredo Lagos, así como el joven Alejandro Hurtado. Además, también cuenta con tres jornadas paralelas que incluyen ponencias, mesas redondas y recitales.
Son precisamente estas las que abren el certamen el próximo martes con la mesa redonda Ramón Montoya y la guitarra flamenca de concierto. Moderada por el periodista Pedro Calvo, participarán José Manuel Gamboa, escritor, periodista y productor; Pablo San Nicasio, periodista y profesor de guitarra; y los guitarristas Víctor Monge Serranito y Amalia Ramírez. A continuación, Agustín Carbonell El Bola ofrecerá un concierto con temas del maestro Montoya.
Carlos Martín Ballester, especialista en patrimonio sonoro y digitalización, impartirá al día siguiente la ponencia Los pinitos de la sonanta. La guitarra solista en el fonógrafo y el gramófono. A su intervención le seguirá un concierto de guitarra a cargo del Dúo del Mar, formado por Marta Robles y Ekaterina Záitseva.
El 2 de mayo será el turno de Gamboa, con la ponencia Los otros. Descubrimiento de los santones madrileños de la sonanta, en torno a figuras como Vicente Gómez, Carlos Montoya o Luis Yance. A continuación, ofrecerá un recital José Carlos Gómez.
Ramón Montoya (1879-1949) comenzó su carrera con 14 años en el Café de la madrileña calle del Pez. Con ocasión de un homenaje a La Mejorana, es descubierto por el empresario del Café de La Marina, uno de los más importantes de la capital, en el que permaneció varias temporadas y se reveló como la gran figura de su tiempo. Es aquí donde, entre los años 1896 y 1904, alterna con artistas como Juan Breva, Salud Rodríguez, Antonio de Bilbao, La Macarrona y desde 1912 a 1926 actúa como tocaor fijo de don Antonio Chacón.
Ya en 1936 empezó una brillante carrera internacional, impulsada por un antiguo alumno suyo, el artista gráfico Marius de Zayas. Sus giras entre 1936 y 1938 le llevarían ante los públicos más exigentes de la música clásica y en las salas de conciertos más prestigiosas de Europa y América.
En febrero de 1938 dio un recital privado con La Argentinita para la reina consorte, Isabel de Inglaterra, que comenzó en Biarritz y siguió en París, donde ofreció diez conciertos, el primero de los cuales se celebró en la Sala Pleyel. Bruselas y Londres fueron también escenarios de sus éxitos, alternando en los programas con La Argentinita y, en otras ocasiones con La Joselito.