Mujeres que lo tienen claro, muy claro. Quieren formar una familia y no están dispuestas a renunciar a su sueño; una realidad que ha llegado a nuestra sociedad para quedarse. Las familias monoparentales crecen de manera notable año tras año y el cambio social en torno a la maternidad en solitario es innegable. Tanto es así que, tan solo en los últimos 5 años, las mujeres que han decidido ser madres en solitario han aumentado un 53%, según datos de IVI Madrid .
“Podríamos retratarlas como pacientes con una media de edad de 38 años, vida profesional consolidada y una situación económica estable. Muchas de ellas han tenido parejas previas con las que no han cumplido su deseo gestacional, aunque nunca han perdido de vista su meta de ser madres en un futuro, al margen de su situación sentimental. Están decididas a emprender la aventura de la maternidad sin pareja desde su madurez emocional, y frecuentemente cuentan con una red familiar que les apoya en este proyecto. Son mujeres fuertes, tenaces, muy conscientes de su decisión y seguras de llevarla a cabo hasta lograr formar su esperada familia”, comenta la doctora María Martínez, ginecóloga de IVI Madrid.
Hace años, este modelo familiar podía tildarse incluso de ‘transgresor’, obligado a lidiar en ocasiones con prejuicios e incomprensión. Hoy estos modelos perfilan una realidad importante de la radiografía social y evidencian cómo la ciencia da solución a las necesidades de una sociedad que avanza a pasos de gigante.
A la hora de formar una familia, son muchas las opciones para este perfil de pacientes, a quienes se adaptará y personalizará el mejor tratamiento para cumplir su objetivo. Así, una mujer que decide afrontar la maternidad en solitario puede conseguirlo mediante diferentes técnicas de reproducción asistida: desde la inseminación artificial y fecundación in vitro con semen de donante, hasta la donación de ambos gametos (semen y óvulos) o la transferencia de preembriones donados por otras parejas.
“Otro dato a destacar es la edad media de estas pacientes. Y es que, aunque ronda los 38 años, lo cierto es que, conforme muestra el gráfico de abajo, en los últimos años está sufriendo una progresiva reducción, lo que muestra la creciente concienciación social respecto al declive de la fertilidad femenina a partir de los 35 años. No obstante, sabemos que aún queda mucho camino por hacer en este sentido”, añade la Dra. Martínez.
Más concretamente, la edad media de las pacientes varía entre las diferentes ciudades españolas. Así, las pacientes que decidieron optar por la maternidad en solitario el pasado año en IVI Alicante e IVI Málaga superan los 39 años de media, mientras que las de IVI Murcia apenas alcanzan los 37 años.
¿Qué les hace decidirse? ¿Qué les preocupa?
Se trata de mujeres independientes, decididas, con un claro objetivo al que no están dispuestas a renunciar por el hecho de no disponer de una pareja con la que compartir este proyecto vital tan importante, o con quienes, simplemente, no se ha dado la ocasión.
Así lo cuenta desde su experiencia Laura, una paciente de IVI que tuvo claro que quería ser madre en solitario: “sin duda, las familias monoparentales son una realidad más y más visible en la sociedad española. Cada vez más mujeres superamos los miedos y las barreras a las que nos enfrentamos al pensar en formar una familia en solitario. Creo que romper mitos y ser transparentes sobre esta decisión y sus consecuencias, y normalizar el hecho de tener una familia pequeña pero perfectamente funcional, redundará en el futuro beneficio y la aceptación de nuestros hijos, y por ende de toda la sociedad”.
Los expertos recalcan la importancia de normalizar los nuevos modelos de familia para que los niños construyan y entiendan poco a poco la realidad que les rodea. Estas explicaciones siempre deben darse de manera natural y con ejemplos y realidades cercanas del día a día que les ayuden a ver que estas familias son igual de válidas que cualquier otra, independientemente de los miembros que las integran.