Tras el paso de la DANA este fin de semana por la Comunidad de Madrid, amplias zonas de la Cañada Real Galiana ha quedado muy afectada con ríos de agua, lodo y residuos. Por ello, desde la Fundación Madrina se ha acudido a la zona para ayudar a las familias que habitan esta zona entregando agua potable, comida y gasolina para los generadores de luz.
Según relatan, la zona sin asfaltar del sector 6 de la Cañada Real ha quedado anegada e incomunicada, formándose ríos de agua y lodo que han arrastrado todo tipo de residuos e imposibilita el paso de vehículos y camiones de reparto, o los servicios de emergencia. El camión que normalmente entrega agua a los vecinos ha tenido que dar la vuelta por estar el paso impracticable.
En esta zona viven todavía familias con personas mayores y niños que no pueden salir de sus casas, algunos padres indican que si no se arregla el camino no podrán asistir normalmente a la escuela. Algunos de sus habitantes, muy mayores, usan los generadores con gasolina, para conectar sus aparatos sanitarios, como ventiladores respiratorios, además de otros usos domésticos y para la luz. «La comida, el pan y el agua potable falta ahora. La vida de sus habitantes ha quedado en riesgo después del paso del DANA», exponen desde Madrina.
Además, los residuos que arrastran los ríos de agua y lodo «ocasionan una grave situación de seguridad e insalubridad para estas viviendas de familias en situación vulnerable y que en esta zona llevan viviendo algunos más de 30 años, toda una vida». La Fundación Madrina llegó con vehículos normales y todoterrenos, estos últimos fueron los que pudieron atravesar el río de agua, lodo y escombros para llegar a las familias y proveerles de agua potable, pan, comida y gasolina para los generadores.
La entidad informa que en la Cañada Real se habían formado montículos de barro y se veían bolsas de agua arrastrando objetos y personas achicando agua, quejándose de que se les había mojado toda la ropa y las mantas, por este motivo, Fundación Madrina solicita donaciones de ropa de abrigo y mantas, así como ropa de bebé.
Durante todo el verano, la Fundación Madrina ha entregado a más de 600 familias, en todo Madrid y en Cañada Real, ventiladores y agua potable para los niños, especialmente vulnerables al calor extremo, al detectarse que sufrían deshidratación y pérdida grave de peso.
Sin embargo, en tan solo una semana, se ha pasado de este calor extremo a lluvias torrenciales y una bajada drástica de temperatura «que vuelve a poner en peligro la salud de los menores». «Muchas familias vulnerables nos indican que, con estas lluvias y frío, se les ha mojado las mantas y toda la ropa de los menores, sin posibilidad de tener ni usar lavadoras», exponen.
Por ello, Madrina pide ahora «el apoyo de los mejores corazones, para entregar estufas, mantas y ropa de abrigo para los niños vulnerables», por lo que quiere hacer un llamamiento a la sociedad civil con el objeto de que colabore haciendo donaciones a la Fundación.
La entidad se puso en contacto con los técnicos del Comisionado de Cañada Real, les ha enviado un informe con la valoración de los daños en varias zonas de riesgo de Cañada Real en base a la visita efectuada en la mañana del 4 de septiembre. En base a este informe, la entidad sugiere «algunas actuaciones, la más urgente, es despejar de barro y escombros un trayecto del camino existente entre varias parcelas, ya que deja incomunicadas a familias con personas muy mayores y niños».
Asimismo, la Fundación está ayudando a varias familias con menores en Cañada Real, sin derecho a vivienda, para agilizar el realojo de las mismas hacia pueblos de varias Comunidades Autónomas, donde se les ofrecen trabajo y alojamiento a precios bajos. Para ello, Madrina, busca coordinarse con el Comisionado de Cañada Real.