Galphon G.T., más conocido como ‘La Bestia de Parla’, uno de los presos más peligrosos, violentos y agresivos, ha regresado al centro penitenciario Madrid III, ubicado en la ciudad sureña de Valdemoro, tras ser detenido nuevamente por robo con fuerza y violencia.
«Una vez más, los funcionarios de prisiones de Madrid III Valdemoro tenemos en el en el Centro Penitenciario a este interno de un tan peligroso, violento y agresivo», señala Sergio García, delegado de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). «La bestia de Parla ha protagonizado multitud de incidentes en Parla y en esta prisión durante ingresos anteriores», incide. «Es un viejo conocido de la plantilla y sabe perfectamente sobrevivir dentro de la cárcel, aunque muchas veces finja que no está bien de la cabeza y tiene problemas mentales», subraya García.
‘La bestia de Parla’ ha agredido a vecinos y policías del municipio madrileño de Parla, ha destrozado mobiliario de un Juzgado y ha ‘okupado’ viviendas por doquier. Suma más de 30 delitos en solo el último año, siendo su última detención en enero por acercarse a un vecino con el que tenía un orden de alejamiento en vigor. «Perfiles de este tipo diariamente son custodiados por funcionarios de prisiones sin una formación y seguridad adecuada. Desde CSIF Prisiones Valdemoro pedimos medios, recursos y la condición de Agente de la autoridad», ha reclamado.
Galphon ya había estado entre rejas entre 2016 y 2019 en los centros penitenciarios de Ocaña y de Valdemoro. En los dos últimos años ‘La Bestia de Parla’ ha sido protagonista de agresiones, desórdenes públicos y atentado y desobediencia a la autoridad en las calles de la localidad de Parla. Sin embargo, al tratarse de delitos menores, siempre ha quedado en libertad a la espera de juicio.
Sin embargo, en uno de sus últimos episodios violentos, a finales de octubre de 2022, destrozó el despacho del magistrado, por lo que fue enviado a prisión a la espera de juicio, concretamente a la cárcel de Madrid III. Allí, su comportamiento violento y agresivo con los funcionarios y el resto de presos, con amenazas, insultos, coacciones, destrozo de mobiliario, resistencia activa y posesión de objetos prohibidos, llevó a la Dirección a cambiarle de módulo varias veces, siendo finalmente puesto en aislamiento.