La Biblioteca Nacional de España, la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y la Fundación 1º de Mayo organizan la exposición ‘Para la libertad. El proceso 1001 contra la clase trabajadora’, una muestra que recuerda las detenciones – el 24 de junio de 1972- de los miembros de la Coordinadora General de Comisiones Obreras: Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius, Eduardo Saborido, Francisco García Salve, Juan Muñiz Zapico, Fernando Soto, Francisco Acosta, Miguel Ángel Zamora Antón, Luís Fernández Costilla y Pedro Santiesteban.
El Juzgado de Orden Público les inculpó en el famoso Proceso 1001, llamado así por el número que correspondía al sumario, e ingresaron en la prisión de Carabanchel, motivo por el que serían también conocidos como los «Diez de Carabanchel».
La exposición, comisariada por Carme Molinero, se adentra en el contexto en el que tuvieron lugar esas detenciones, marcado por la movilización social y la represión. Por un lado, durante los años finales de la dictadura, se produjo un incremento de las huelgas y otras protestas laborales, junto con la movilización de otros sectores como los estudiantes, las asociaciones de vecinos, los colegios profesionales o una minoría del clero católico. En esta movilización general, cada vez más las libertades democráticas y la amnistía se impusieron en el orden del día. El régimen redoblaba entonces sus acciones de contingencia.
“El movimiento obrero tuvo un papel fundamental y ayudó a abrir caminos. El proceso 1001 ilustra la dinámica de los años 70 en un régimen a la defensiva”, ha señalado la comisaria en la presentación a la prensa. Molinero ha destacado la importancia y la novedad de dedicar una exposición a un proceso colectivo como este, que generó una importante movilización social y solidaria, y tuvo una gran repercusión fuera de España, llegando su eco no sólo a Europa, sino a Estados Unidos y Australia. “El gran efecto del proceso fue reforzar el papel del movimiento antifranquista y la representatividad de Comisiones Obreras en un momento de rearticulación de la sociedad civil”, ha explicado.
Más de 160 años por defender los derechos colectivos del trabajo
La calificación fiscal y la sentencia reprodujeron los argumentos del atestado policial, convirtiéndose el Proceso 1001 en un juicio político. Los procesados fueron acusados de ser dirigentes de las Comisiones Obreras; es decir, de un movimiento sociopolítico creado para defender derechos colectivos del trabajo, reconocidos en los países democráticos del entorno europeo.
Coordinados por el abogado Jaime Sartorius, las defensas representaron al conjunto del arco ideológico de la oposición al franquismo, desde la democracia cristiana hasta los comunistas.
Finalmente, la vista oral se inició el 20 de diciembre de 1973, siendo presidido el tribunal por el juez José Francisco Mateu Cánoves. La noticia de la muerte del presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, a manos de ETA dio lugar a la suspensión del juicio durante unas horas. El magnicidio cortó de raíz toda posibilidad de movilización de solidaridad. El día 27 se dictó una dura sentencia que sumaba 162 años.
La muestra dedica un capítulo especial a las mujeres del Proceso 1001, cuyo papel en la solidaridad con los encausados fue determinante: hijas, hermanas y esposas de los presos dirigieron escritos a toda clase de autoridades civiles, eclesiásticas y militares, reclamando la libertad para sus esposos y hermanos, así como una amnistía general para los presos políticos. Viajaron por diversos países europeos con ocasión de varias campañas de solidaridad, participando en mítines, ruedas de prensa y otras actividades. “Las mujeres, relegadas por el régimen franquista al entorno del hogar, salen al espacio público con un discurso político”, ha destacado Carme Molinero.
El proceso 1001 dio lugar a una amplísima campaña de solidaridad, tanto en el interior del país como en el extranjero donde encontró un amplio eco, teniendo en cuenta que los procesados fueron condenados por tratar de ejercer la libertad sindical, reconocida en los países de nuestro entorno democrático.
Fotos: BNE.