13 de enero – Día Mundial contra la Depresión: la voz puede aportar mucha información sobre el estado de la salud mental

Gacetín Madrid

La depresión es una enfermedad mental que afecta a casi tres millones de personas en España, una buena parte de ellas en la Comunidad de Madrid. Se caracteriza por un estado de ánimo bajo, sentimientos de tristeza, desinterés, inapetencia, etc. Pero este trastorno también puede apreciarse en la voz.

Según Gemma Martín, logopeda especialista en patología vocal y motricidad orofacial y miembro del Grupo de Trabajo de Voz del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), el estado de ánimo tiene una gran influencia sobre la sonoridad de la voz. “A través de ella, pueden expresarse infinidad de emociones”, afirma.

Si estamos alegres, el tono de la voz es alto y el ritmo con el que se transmiten las palabras es más rápido. Sin embargo, la voz que proyectamos cuando estamos tristes suele manifestarse en un tono grave, plano, con una intensidad débil y un ritmo de habla más pausado. “Estas variaciones en los diferentes parámetros que configuran la voz (el tono, el timbre, la intensidad, el ritmo) se alteran debido a la influencia que nuestro estado de ánimo tiene sobre la biomecánica del aparato respiratorio y fonador”, explica Gemma Martín.

Por todo ello, la voz puede aportar mucha información sobre el estado de salud. “A través del análisis y del estudio de los diferentes parámetros que configuran su sonoridad pueden detectarse distintas alteraciones”, advierte la logopeda del CPLCM. Es más, “en la actualidad, – refiere esta especialista- existen diferentes investigaciones en curso, incluso se están desarrollando software que, por medio de algoritmos informáticos, permitan captar y cuantificar diferencias en el tono, que un ser humano podría pasar por alto y que permitirían identificar características vocales indicativas de depresión”.

Como afectan las emociones negativas en la voz

Por otra parte, también la depresión puede afectar negativamente a la salud de la voz. Como indica Gemma Martín, las emociones pueden influir en la biomecánica respiratoria y fonatoria. Es decir, “pueden producirse alteraciones en el modo respiratorio debido a la tensión muscular ejercida y a la dificultad para la gestión del aire durante el habla, dando lugar a una incoordinación de la fono-respiración. Esto se traduce en una voz más entrecortada, pausada y de intensidad débil”.

También el estado de ánimo puede generar estrés vocal, ya que puede actuar sobre la tensión laríngea como consecuencia del sobreesfuerzo que, indirecta o directamente, la persona ejerce en la musculatura. En estos casos, la voz suena más fatigada, tensa o jadeante. Además, “estas alteraciones a nivel fisiológico pueden derivar en disfonías de tipo orgánico o funcional, es decir, causadas por lesión orgánica o por un mal uso o abuso vocal”, sostiene la logopeda especializada en voz.

Intervención del logopeda

En la mayoría de los casos, los personas con depresión no son consciente de los cambios que se producen en su voz, y quizá no sea una de sus principales preocupaciones. Pero cuando se trata de profesionales de la voz, deben conocer que existe tratamiento para revertir esta situación.

El objetivo principal es tratar la depresión y conseguir mejorar su bienestar y calidad de vida. En cuanto a la voz, la logopedia puede ser de gran ayuda para evitar posibles alteraciones. “En estos casos, la intervención de los logopedas se realiza en colaboración con los equipos de psicología; es de suma importancia el trabajo interdisciplinar”, subraya Gemma Martín.

Esta especialista indica que la terapia vocal en estas personas incluye como principales objetivos de intervención la relajación muscular, el trabajo del modo respiratorio y de su adecuada coordinación durante el habla y el entrenamiento de la prosodia, es decir, de la modulación de las inflexiones tonales, de la intensidad de la voz o del ritmo con el que se transmiten las palabras.

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