Seguro que os habéis planteado alguna vez qué hay detrás de ese tarro de miel que guardamos en la despensa. Cómo recolectan el néctar de las flores las abejas, de qué manera lo almacenan en los panales y en qué parte de este proceso el néctar se convierte en miel.
En la muestra que se expone en el Centro de Información y Educación Ambiental Dehesa de la Villa, durante los meses estivales podréis disfrutar de estos y otros detalles sobre esta curiosa técnica de cultivo, en la que ha tomado parte la Fundación Amigos de las Abejas, impartiendo una charla y aportando materiales. Paneles explicativos, el uniforme, los tipos de colmenas, las principales herramientas y otros utensilios que se usan en la apicultura, te ilustrarán acerca del mundo apícola.
La muestra contempla la evolución de este arte desde sus inicios hasta nuestros días. Existen evidencias en pinturas rupestres que representan la recolección de la miel. Las abejas son insectos que viven en sociedades llamadas ‘colonias’ y cada una se compone de una reina, única ponedora de huevos, de 25.000 a 30.000 obreras, y varios centenares de machos. Además de producir miel, polen, jalea real o cera, las abejas son artífices de un proceso conocido como polinización, que es el transporte de polen de las partes macho de las flores a las partes hembra.
Las colmenas son un instrumento fundamental para la fabricación de la miel, ya que en ellas las abejas construyen panales. Las antiguas eran de barro, paja, corcho y corteza hueca, y también de cestería. Más tarde llegaron las colmenas de tronco con una laja de pizarra. Las más modernas son las colmenas de cuadros, que supusieron una auténtica revolución en la apicultura por la aplicación de técnicas modernas de explotación.
El traje espacial del apicultor
Si ves el equipo básico de protección del apicultor, te recordará un poco al de un astronauta por sus características de aislamiento. Mono, careta, guantes y botas deben proteger a quienes trabajan con estos insectos que pican y cuyos aguijones pueden hacer mucho daño.
De todos los elementos que componen el traje del apicultor, la careta es la más importante. Revestida de una malla o redecilla tipo mosquitera, está especialmente diseñada para proporcionar visibilidad exterior a la par que seguridad, impidiendo el paso de las abejas.
Jalea real, propóleos, polen, cera… y miel
El alavés Félix María de Samaniego, en una de sus célebres fábulas, recitaba:
“A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron
presas de patas en él”.
Y es que para fabricar el delicioso manjar, las abejas emplean un proceso muy elaborado en el que intervienen reina y obreras que se afanan en una minuciosa labor, cuya recolección es una tarea para la que se precisan grandes habilidades.
Uno de los secretos mejor guardados de las abejas es la jalea real, producto de la secreción de las glándulas faríngeas de las obreras que constituye el alimento esencial de la abeja reina durante toda su vida. La jalea real contiene un gran alimento de efecto estimulante y tonificante para el cansancio, a base de proteínas, aminoácidos y glucosa.
Los propóleos son sustancias resinosas que las abejas utilizan para rellenar las grietas y fisuras de la colmena. Son algo así como la silicona que utilizamos para tapar las juntas. Con ellos se untan también paredes y paneles y tapan cualquier cuerpo extraño que no puedan expulsar las abejas por su tamaño, por ejemplo, una mariposa o un roedor. Algunas abejas son capaces de construir verdaderas murallas de propóleos a la entrada de su colmena. Ahora ya sabes por qué el propóleo es un producto de propiedades inmunológicas que fortalecen tus defensas, tan bueno para combatir el resfriado.
El polen es el elemento fecundante masculino de las flores. Es un polvo muy fino que las abejas recogen, transforman y transportan a la colmena. Responsable de muchas alergias que nos aquejan en primavera y también de la polinización de las flores, otro de los secretos que custodian estos artrópodos, pues sirve para la reproducción de las propias plantas así como para la alimentación de otros insectos, aves y mamíferos, incluido el hombre. Así, es fácil deducir que el peligro que pueda acechar a las abejas tendrá su repercusión en muchas especies del mundo animal. Estos insectos con traje de rayas amarillas y negras, bien pueden considerarse la base del ecosistema terrestre y la biodiversidad.
¿Y qué papel hace la cera en todo esto? La cera de abeja es la única natural, de cuerpo sólido y color blanco. Para la siembra de lo que se recolectará se pega una lámina de cera con calor a un cuadro alambrado. Esta cera debe ser estampada con formas hexagonales. Después, las abejas se encargarán de estirarla levantando las celdas hacia arriba y en cada celdilla la reina pondrá un huevo. Entonces, las obreras acuden a rellenar con polen o néctar. Cuando la celdilla aparece tapada con una capa llamada opérculo, significará que su interior contiene ya el producto de la miel.
La tradición apícola en Madrid
Precisamente esta sustancia sirvió para que Carlos III fundara en 1788 la Real Fábrica de Cera de la calle de la Palma, entonces a las afueras de la ciudad. El edificio, aún en pie con su fachada neoclásica, suministraba candiles y velas para iluminar las residencias reales. En el centro de la capital aún quedan varias cererías tradicionales como las de las calles de Toledo, Donados y Paloma y la plaza de Jesús.
Alfonso XIII era un apasionado de la agricultura en general y de la apicultura en particular, por lo que impulsó y apoyó la creación de la primera empresa de España dedicada en exclusiva a la fabricación y venta de colmenas, útiles para la apicultura y producción de miel. Es uno de los comercios centenarios más antiguos de Europa dedicados al mundo de la miel y sigue abierto en el número 47 de la calle del Doctor Esquerdo con su preciosa puerta modernista.
“Si usas la miel como alimento, no la usarás como medicamento”
Sustituir el consumo de azúcar por un alimento tan completo como la miel, es sin duda la mejor opción para endulzar ese café que tomas por las mañanas. Y las variedades de miel existentes te permiten aplicaciones personalizadas según las molestias o gustos que tengas: milflores, romero, espliego, azahar, eucalipto, tomillo, brezo…
La exposición ‘Un paseo por la apicultura’ podrás verla hasta septiembre en horario de 10 a 14:30 h, de miércoles a domingo, y ha sido montada gracias a la colaboración de la Fundación Amigos de las Abejas. Y si quieres ver el vídeo introductorio de la muestra, puedes acceder a nuestro canal Youtube, pinchando AQUÍ