La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Juan Pablo A. R. a 28 años de prisión como autor penalmente responsable de cinco delitos de ciberacoso sexual infantil, cuatro delitos de exhibicionismo, un delito continuado de abuso sexual, un delito continuado de elaboración de pornografía infantil y un delito de posesión de pornografía infantil.
La Sala le absuelve, no obstante, de otro delito de abuso sexual del que venía siendo acusado. Además, le impone el pago de casi la totalidad de las costas procesales y la indemnización en la cantidad de 1.000 euros a Renata Emilia G. G., A. M. G. G. y S. G. H.; en 6.000 euros a Ana G. D. y en 12.000 euros a L. P. A..
El Tribunal considera probado que el ahora condenado, nacido el 9 de noviembre de 1969 en Chile, trabajó como profesor en un centro escolar de Alcobendas (Madrid) durante el curso académico 18/19 hasta que fue despedido el 21 de octubre del 2019 y que se aprovechó de su condición de profesor para contactar y acosar a través de la red social Instagram a varias alumnas menores de entre 11 y 15 años de edad con propósitos sexuales.
A lo largo de dicho curso escolar el acusado contactó a través de su cuenta de Instagram con una alumna del colegio de 15 años de edad, y comenzó a mantener con ella conversaciones de carácter sexual, “contándole entre otras muchas cosas que una exalumna suya le había llegado a realizar una felación, y creando un grupo en la mencionada red llamado “las chupadoras”, en el que la incluyó”.
Al mismo tiempo le envió fotografías de su pene, llegando a proponerle que fuera a su casa “para follar”, diciéndole que “se lo quería comer”, pidiéndole en reiteradas ocasiones fotografías en las que apareciera desnuda. Además, el 27 de abril de 2020, le remitió a la menor un vídeo en el que se apreciaba como una mujer que no ha sido identificada le estaba practicando una felación, “circunstancia que la misma, puso en conocimiento del centro”.
Durante ese mismo año académico el acusado contactó con otras tres alumnas de 14 años, también a través de su cuenta de Instagram elprofede, para mantener con ambas conversaciones de carácter sexual, diciéndoles entre otras cosas “qué buena estás”, envidándole fotografías en las que aparecía desnudo, o directamente de su pene, y pidiéndole de manera insistente que ella le enviase también fotos desnuda, llegando a proponerle que quedasen “para follar”.
Con una de ellas llegó a quedar con él en las proximidades del colegio, “y cuando se encontraban sentados en un banco, el acusado se acercó y puso la mano encima de su pierna, llegando a tocar su zona genital por encima de la ropa.” A pesar de ello no consta que las menores accedieran a su propósito y le enviaran los archivos requeridos.
En fecha indeterminada el profesor contactó con una niña de 11 años y tras mantener numerosas conversaciones con ella de carácter sexual, se desplazó a la localidad en la que residía “quedando con ella y regalándole un teléfono móvil”, cuyo saldo él mismo se encargaba de recargar. A través de varios mensajes de WhatsApp le envió a dicho móvil fotografías de él desnudo, compeliendo a la menor a que a su vez le enviase fotografías y vídeos de ella también desnuda”.
Además se desplazó en numerosas ocasiones tanto a la localidad donde residía la menor como a las localidades donde estaba pasando sus vacaciones en verano de 2018 y 2019 respectivamente, “no logrando su objetivo”. El acusado se encuentra en situación de prisión provisional desde el 29 de mayo de 2020, habiendo sido detenido el 27 de mayo de 2020.