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Ayuso asiste a la Misa Solemne por las víctimas de la explosión en la calle Toledo

by Gacetín Madrid

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha asistido a la Misa Solemne en recuerdo de las víctimas de la explosión del edificio de la Calle Toledo, 88 que tuvo lugar en enero del año pasado. La ceremonia ha tenido lugar en la Catedral de la Almudena y ha estado oficiada por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.

La presidenta ha trasladado el “cariño y apoyo” del Gobierno regional a los familiares de los cuatro fallecidos en la explosión y de las diez personas que resultaron heridas. En un “momento tan difícil”, Díaz Ayuso ha señalado que aunque “cada vida es insustituible”, las familias tienen que saber que “no están solas” y tienen el recuerdo de los madrileños.

Historia de una tragedia

El 20 de enero de 2021, cuando el reloj marcaba las 14:56 horas, se produjo una fuerte explosión en el edificio perteneciente a la parroquia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real, en el número 98 de la calle Toledo, en pleno centro de Madrid. El bloque anejo al templo, en el que se ubicaban dos pisos de los sacerdotes, varios locales parroquiales y de Cáritas, quedó destrozado. Hubo cuatro muertos y diez heridos.

El origen fue un escape de gas situado bajo la acera de la calle Toledo. Se coló en el número 98 y subió hasta formar una bolsa en los pisos superiores. Una pequeña chispa, causada por cualquier nimiedad (luces de presencia, un ascensor, una simple ventana abierta) causó la deflagración. Los informes judiciales, los peritos y la Policía han sido claros: no hubo negligencia por parte de las víctimas y la instalación estaba en regla.

Las víctimas mortales fueron el sacerdote Rubén Pérez Ayala; su amigo David Santos Muñoz, electricista, padre de familia numerosa y feligrés de la parroquia; Stefco Ivanov Kocev, un ciudadano búlgaro que acababa de estar en los Servicios Sociales del Ayuntamiento, situados a la espalda de la parroquia, y Javier Gandía, un albañil que trabajaba en una obra cercana y vecino de La Puebla de Almoradiel (Toledo).

«Fue un accidente»

El Juzgado de Instrucción nº 35 de Madrid acordó el pasado mes de febrero el sobreseimiento libre de las diligencias incoadas en virtud de los daños ocasionados el día 20 de enero pasado en el nº 98 de la calle Toledo, al concluir las diligencias de investigación de la Policía Judicial que la “etiología de la explosión fue accidental, sin que haya podido establecerse otra causalidad distinta, habiendo sido provocada la explosión por un escape de gas natural, que se desarrolló de forma lenta, continua y prolongada en el tiempo”.

“Esta circunstancia –continúa la resolución, que puede recurrirse en el plazo de tres días ante la Audiencia Provincial de Madrid-, motivó que las referencias de olor a gas fueron discontinuas, no llegando a generar alarma entre los residentes en el edificio hasta momentos antes de la explosión. El escape, según consta en el informe, se situó entre la primera caldera del edificio y la acometida de suministro, no habiendo influido en la causa de la explosión las posibles irregularidades administrativas o no de la instalación”.

El informe también descarta que “la posible manipulación que hubiera realizado David S. y Rubén P. coadyuvara a la causa de la explosión; constatándose la existencia de roturas de agua que socavaron el subsuelo del edificio en alguna medida, lo que influyó directa o indirectamente sobre la conducción y la acometida de gas natural”.

En parecidos términos, el informe de la Brigada provincial de Policía Científica concluye que el accidente “se debió a la desconexión del tubo de suministro de gas natural de la llave de acometida, debido a un movimiento de terreno en el lugar, que habría afectado a la misma».

«Producido el escape de gas natural, compuesto en su mayor parte de pro-metano, procedente de las conexiones de la válvula de acometida, instalada a unos 50-60 centímetros bajo la superficie de la vía pública y desde donde se habría infiltrado al interior del inmueble, bastó para producir la deflagración de una mezcla de aire-gas, generar una chispa eléctrica como las que se producen en el acto de accionar un interruptor de luz, al ponerse en funcionamiento un electrodoméstico o ante la presencia de una llama abierta”, concluye.

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