Concluyen dos de las obras de restauración, recuperación y conservación que se están acometiendo en el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid una vez que ha quedado abierto al público el recorrido peatonal del Paseo del Prado que transcurre entre la Puerta del Rey del RJB y la calle Claudio Moyano, y también se ha restaurado la segunda fase del cerramiento histórico del Jardín en este mismo tramo.
Como ya sucediera en la anterior fase de las obras en este paseo, el que discurre entre la Plaza de Murillo y la Puerta del Rey del RJB, se han eliminado ajardinamientos exteriores inadecuados, de baja calidad y de riego indiscriminado, creando otros más apropiados y menos dañinos para la zona con sistemas superficiales de evacuación de pluviales y pavimentación con terrizo estabilizado y con recorridos peatonales elevados mediante escaleras de granito y rampas.
También se ha recobrado la bancada de granito que se inicia a ambos lados de la Puerta del Rey y termina, en este caso, en la Cuesta Moyano. Esta bancada está declarada, como el resto del Jardín Botánico, Bien de Interés Cultural, pero se encontraba soterrada bajo ajardinamientos y pavimentos por pasadas intervenciones urbanísticas en el Paseo del Prado.
Respecto a la recuperación de la verja de hierro dulce que separa el Jardín Botánico del exterior, también ha concluido la segunda fase de la restauración de su cerramiento histórico. Forjada en su día en Tolosa (Guipúzcoa) esta verja fue instada entre 1781 y 1789 y se encontraba deteriorada por el paso del tiempo, más de dos siglos, la alta contaminación que se produce en esta zona y los efectos de los bombardeos que sufrió durante los ataques aéreos en Madrid durante la guerra civil española.
Un Jardín moderno sin perder su identidad histórico-artística
El director del RJB-CSIC, Esteban Manrique, ha destacado el hecho de que “estas obras de restauración están permitiendo recuperar el patrimonio del Real Jardín Botánico, mejorando su apariencia y que justifican el aspecto actual que presenta el Jardín y las molestias que podamos estar ocasionando a nuestros visitantes porque en unos meses, una vez concluyan las que quedan pendientes, tendremos un Jardín modernizado y sin perder su identidad histórico-artística que le han llevado a estar incluido desde el pasado mes de julio en esa declaración de la UNESCO del ‘Paisaje de la Luz’ como patrimonio mundial”.
Las obras que quedan pendientes de concluir son la restauración de sus 30 fontines, mejorando el aspecto de estos pilones de granito circulares a los que se están dotando de surtidores, y el emparrado, algo más de 300 metros de longitud de una pérgola de hierro forjado que discurre por ambos lados del Pabellón Villanueva y que se instaló en el RJB durante el verano de 1786. Tantos los fontines como el emparrado están declarados Bien de Interés Cultural.
Las obras de restauración, recuperación y conservación de la verja, los fontines y el emparrado del Real Jardín Botánico están cofinanciadas gracias al 1,5% cultural del Programa de Conservación Histórico Español del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Gobierno de España y el apoyo económico del CSIC. Mientras que la mejora del Paseo del Prado y la recuperación de la bancada se ha acometido por el Ayuntamiento de Madrid.
Los arquitectos que dirigen las obras son Carlos de Riaño Lozano y José Miguel Rueda Muñoz de San Pedro. En el proyecto que han elaborado han incluido las determinaciones que en su día realizó el equipo integrado por Álvaro Siza, Juan Miguel Hernández León, Fernando de Terán Troyano y los propios arquitectos que ahora tutelan las obras.
Foto: RJB-CSIC | MARISA ESTEBAN.