La seguridad en la conducción es algo fundamental para poder disfrutar de un viaje sin sobresaltos. Cuando pensamos en ello, se nos viene a la cabeza los cinturones de seguridad o los airbags, imprescindibles para no sufrir daños, ni nosotros ni los nuestros, en caso de accidentes, aunque existen otros que son igualmente importantes.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha solicitado recientemente, ante la llegada del período de lluvias propio del otoño y del invierno, a los conductores que presten especial atención tanto a los neumáticos como a los limpiaparabrisas del automóvil, ya que la lluvia reduce la visibilidad y también la adherencia del asfalto.
Concretamente el sistema de limpiaparabrisas del automóvil consiste en brazo largo con un borde recubierto de goma en un lateral para eliminar la lluvia y la suciedad acumulada en los cristales de los automóviles. Los limpiaparabrisas funciona mediante movimientos oscilatorios sobre el cristal mientras suelta liquido limpiador, que retirando el agua y la suciedad de la superficie del vidrio del automóvil, normalmente suelen tener varias velocidades, una de ellas suele ser intermitente para los momentos donde hay poco lluvia a llovizna.
Normalmente debemos cambiarlos cuando limpie mal el vidrio, no se mueva, no suelte líquido limpiador, cuando observemos un incorrecto funcionamiento dispositivos o del cambio de modo de trabajo, bloqueo de los limpiaparabrisas en el parabrisas o bien un incorrecto ajuste automático de los limpiaparabrisas.
Otras señales de fallo del sistema de limpiaparabrisas son las manchas en el cristal cuando se usan los limpiaparabrisas, que el funcionamiento intermitente o demasiado difícil de los elementos del sistema, presente ruidos como chirrido durante el uso de los limpiaparabrisas o baja presión o ausencia de ella cuando se pulveriza el líquido limpiador.
¿Por qué fallan los limpiaparabrisas?
Las causas más comunes por las que suele fallar el sistema de limpiaparabrisas es debido al desgaste o daño mecánico de los limpiaparabrisas o de los componentes del sistema, insuficiente nivel del líquido limpiador en el depósito, aflojado de los limpiaparabrisas o de los difusores, difusores, manguitos o depósito de líquido limpiador atascados o sucios, uso de líquido limpiador por debajo del estándar, usar agua en lugar de líquido limpiador en época de frío, ignorar las normas de operación del sistema.
Consejos de la DGT respecto los parabrisas
Desde la DGT nos han indicado diversos consejos respecto a estos elementos. El fundamental es mantener los limpiaparabrisas en buen estado para no poner en riesgo nuestra seguridad y la de los nuestros. Según un estudio de la Fundación para la Seguridad Vial (FESVIAL), un total de seis de cada diez conductores, alrededor del 60%, no comprueba que su parabrisas permita una buena visión.
Mantener en perfecto estado las escobillas de los limpiaparabrisas es también fundamental, al igual que aplicar tratamientos hidrofóbicos que repelen el agua en los cristales del vehículo, ya que, mejoran la agudeza visual y que son particularmente beneficiosos de noche