Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Grupo de Delitos Económicos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Madrid, en el marco de la operación “Águila-Frazen”, conjunta con la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, y en colaboración con la Policía Autónoma Vasca, y varias Policías Locales, han logrado deshacer un complejo entramado delincuencial donde actuaban cuatro organizaciones delincuenciales independientes entre sí, pero que convergían en la organización principal para abastecerse de cocaína. Puntualmente se ha contado con la colaboración de la Agencia Antidroga de los Estados Unidos- Drug Enforcement Agency (D.E.A.), que facilitó información sobre algunos de los investigados.
El origen de la investigación se remonta a la primavera de 2018, cuando los agentes expertos en delitos económicos de la Comandancia de Madrid se encontraban estudiando una documentación que pudiera estar relacionada con un delito de blanqueo de capitales a través de la compra venta de automóviles de alta gama. Las investigaciones realizadas por este entramado llevaron a los agentes encargados de la investigación a descubrir la interrelación entre varios grupos delincuenciales cuyo nexo de unión era un grupo encargado de suministrar cocaína que venía directamente de Sudamérica.
Los agentes han logrado identificar y detener a todos los miembros de los distintos entramados, la mayoría de ellos cuentan con antecedentes policiales, incluso uno de los grupos desmantelado tiene una estrecha vinculación con la extrema derecha, contando alguno de sus cabecillas con antecedentes por homicidio. El entramado distribuía cocaína en cantidades de notoria importancia en Madrid, Toledo, Salamanca, León, Valladolid, Asturias, Bilbao, Cantabria, Zaragoza y Burgos.
Los 27 detenidos eran expertos en blanquear dinero, así los agentes han solicitado al titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional el bloqueo de 203 cuentas bancarias con más de 750.000 euros, 43 inmuebles en España y se han bloqueado 121 vehículos, la mayoría de alta gama.
La organización distribuidora de cocaína estaba asentada en Madrid, hasta aquí se desplazaban los integrantes de otras organizaciones para realizar las transacciones de droga. Durante el estado de alarma utilizaban coberturas diseñadas bajo la apariencia de estar trabajando, lo que les permitía desplazarse y sortear los controles policiales. Para realizar estas transacciones tomaban elevadas medidas de seguridad, contaban con teléfonos encriptados o inhibidores de frecuencia, y siempre tenían personas que realizaban labores para dar seguridad.
Para lograr evitar que les intervinieran la droga o el dinero habían practicado sofisticados dobles fondos en sus vehículos que les permitían transportar la cocaína o el dinero de manera segura.