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Vuelven al río Manzanares tres especies de peces que desaparecieron hace un siglo

Gacetín Madrid
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Habitaron las aguas del Manzanares a mediados del siglo XX pero desaparecieron por su vulnerabilidad frente a cambios en el ecosistema del río. Durante los últimos dos años, el Área de Medio Ambiente y Movilidad ha mantenido en los estanques habilitados en la depuradora de Viveros de la Villa peces de tres especies distintas y catalogadas como vulnerables: colmilleja, cacho y bermejuela, esta última también incluida en el régimen de protección especial.

Solo el cacho cuenta aún con poblaciones en la cabecera del Manzanares, aunque está ausente en el tramo medio y bajo. Durante estos días y tras su reproducción y cría en cautividad, los recibe un río con una mejor calidad de las aguas y sin presas para que naden a sus anchas como hace décadas.

Hoy viernes en los alrededores de la pasarela de Mingorrubio, cercana al aparcamiento y la zona de recreo de El Pardo, ha tenido lugar la suelta de unos 40 ejemplares de cachos a la que ha asistido el delegado del Área de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante. El miércoles se reintrodujo la colmilleja con 79 ejemplares y el próximo martes, 20 de abril, se soltará bermejuela. Será la primera repoblación que se va a hacer de esta especie en Madrid.

Fue en marzo de 2018 y 2019 cuando estos ejemplares fueron capturados en puntos determinados por dos parámetros: la cercanía genética de la especie y la estimación poblacional. Estos dos factores marcaban un punto en la brújula, la Cabrera Alta. En concreto, la colmilleja se pescó en el río Guadarrama, el cacho en el arroyo de Canencia y la bermejuela en el río Lozoya.

Aunque las características biológicas de estas especies contribuyen a una mayor adaptabilidad a las condiciones y particularidades que en la actualidad presenta el Manzanares a su paso por la ciudad, la suelta -cuyo objetivo es reforzar la ictiofauna del río- se enfrenta a varios retos. Dos ya han sido resueltos, los obstáculos en el cauce (generalmente presas) y la calidad del agua. El desafío extraordinario son las especies invasoras, principal amenaza de su reintroducción y desarrollo satisfactorio.

Por ello, los servicios de conservación del río del Área de Medio Ambiente y Movilidad han determinado los lugares y métodos más idóneos para la suelta, atendiendo a las características ecológicas de la especie, además de realizar una campaña de control de especies exóticas de peces en los puntos de suelta. Entre el pasado lunes y martes, 12 y 13 de abril, se han realizado técnicas de pesca eléctrica para la retirada de especies como el alburno, carpa, percasol, gambusia y la pseudorasbora (parva) y se han colocado nasas -unas especies de jaulas- para la retirada de especies invasoras como el cangrejo americano.

Estas especies además de causar perturbaciones y alteraciones del medio físico tienen el potencial de depredar huevos, larvas, alevines y adultos de otras especies de peces de agua dulce autóctonos, por lo que su control y retirada debe ser una actuación mantenida a largo plazo.

¿En qué consiste la suelta?

El primer paso de esta suelta es medir, determinar el sexo y marcar cada ejemplar de los estanques situados en la Estación Regeneradora de Aguas Residuales (ERAR) de Viveros. Además, se tomará una muestra de escama y aleta de 30 de ellos para llevar a cabo un análisis genético en colaboración con los laboratorios del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) para el desarrollo de un futuro estudio genético sobre la evolución de la diversidad de las poblaciones.

Después se transportan en unos bidones azules de 60 litros con aireadores portátiles hasta la zona de suelta, los alrededores de la pasarela de Mingorrubio, cercana al aparcamiento y zona de recreo de El Pardo. Una vez allí, si es necesario, tienen un tiempo de aclimatación a la temperatura del agua del río para su posterior suelta.

El tramo del río Manzanares donde se van a soltar los ejemplares de peces ha sido seleccionado teniendo en cuenta la calidad biológica, hidromorfológica y fisicoquímica de las aguas y las características biológicas y ecológicas de las especies que van a ser liberadas. Además, anualmente, el servicio de conservación del río del Ayuntamiento de Madrid lleva a cabo un seguimiento de la fauna piscícola del río a finales de la primavera.

El contrato de seguimiento del proceso de cría en cautividad, incluido el recuento de ejemplares tras la cría, seguimiento con pesca eléctrica en los lugares de suelta para valorar el éxito del proceso y la evolución poblacional, así como los informes trimestrales relativos a los trabajos realizados, cuenta con una inversión de 14.880 euros (IVA no incluido). Esta importante inversión tiene por objeto conservar el patrimonio natural para garantizar la salud presente y futura del planeta y, directamente ligada a ella, la salud humana.

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