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El Ayuntamiento de Madrid reabre este lunes, 22 de febrero, varias zonas de los jardines de El Buen Retiro una vez finalizadas las labores de inspección del arbolado a consecuencia del temporal Filomena, lo que hará que un 40% del parque, aproximadamente, sea accesible, con 12 de de sus 17 puertas ya abiertas.
A partir de este lunes, un mes y medio después de Filomena, los madrileños podrán acceder con seguridad a las zonas del entorno del Estanque Grande (incluidas riberas y quioscos), Huerto del Francés, el Bosque del Recuerdo, el entorno de la Puerta de Hernani, los jardines de Herrero Palacios y la zona del Paseo de Coches, entre otras.
Sin embargo, aún se mantendrán cerradas aquellas zonas que más daños han sufrido y que, por ello, más dificultades entraña su revisión y reparación, como pueda ser la del entorno de Mariano de Cavia, que además contiene uno de los árboles más afectados por la nevada: los pinos. También permanecerán cerradas dos de las áreas más icónicas, el Palacio de Cristal y la Rosaleda, y otras dos zonas previamente en obras, el Paseo de México y una zona junto a los Jardines de Cecilio Rodríguez.
Por otro lado, tan solo permanecerán cerradas 5 de sus 17 puertas: Puerta de España (calle de Alfonso XII), Puerta de la Independencia (junto a la Puerta de Alcalá), Puerta de Granada, Puerta de Dante y Puerta de Mariano de Cavia (avenida de Menéndez Pelayo).
Tal y como ya informó la semana pasada el delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, las previsiones apuntan a que un 80% del parque estará abierto el próximo 15 de marzo y la apertura total se hará el 29 de marzo.
El 90 % de los árboles dañados son recuperables
La nevada de más de 50 centímetros que ocasionó el temporal Filomena en Madrid ha supuesto, de acuerdo con las estimaciones de la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes, una afección global al arbolado de cerca del 50 %.
De los 1,7 millones de ejemplares en conservación municipal, más de 800.000 podrían haberse visto dañados, aunque los servicios técnicos aseguran que el 90 % serán recuperables. El resto, han caído o han sufrido perjuicios que están requiriendo su tala y retirada.
La situación de peligro de desprendimiento de ramas y de caída de árboles, sumada a la previsión meteorológica de bajas temperaturas de los días posteriores a la nevada, generó unas necesidades imprevistas de actuación de forma inmediata para evitar daños materiales y personales.
Por ello, el delegado del ramo aprobó el Decreto de 11 de enero de 2021, por el que se ordenaba la ejecución, con carácter de emergencia, del servicio de revisión de daños y actuaciones de talas y podas sobre el arbolado en conservación municipal afectado.
Para ello, aprobó un contrato de emergencia para la contratación de hasta 1.100 efectivos que se dedicarán intensamente hasta el 5 de marzo a las labores de revisión, poda y retirada del arbolado dañado, dando prioridad a las zonas más críticas para garantizar la seguridad de los ciudadanos y favorecer la movilidad.
La plantilla se ha ampliado hasta 3.500 operarios y se dispone de 495 medios mecánicos adicionales (plataformas móviles para poda, camiones para retirada de restos, biotrituradoras) para esos trabajos. Hasta 110 equipos trabajan intensamente en los 21 distritos.
Como medida adicional, Carabante dictó el Decreto de 12 de enero de 2021, por el que se ordenaba la adopción de las medidas necesarias para proceder a la suspensión de la apertura al público de los parques y zonas verdes municipales, así como de las instalaciones recreativas infantiles y deportivas existentes en los parques, jardines y zonas verdes de la ciudad.
El Ayuntamiento recuerda a los madrileños la importancia de no acceder a los parques en los que se mantiene la prohibición como la Dehesa de la Villa o la Casa de Campo y continuar extremando las precauciones bajo el arbolado, evitando transitar por zonas con árboles de gran porte, ya que, pese a todas las labores realizadas y las que se van a llevar a cabo, existe un cierto nivel de riesgo derivado del arbolado que no es eliminable tras las condiciones meteorológicas extremas y excepcionales que ha sufrido con la nevada.