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Agentes de Policía Nacional han detenido a ocho personas que acumulaban más de un centenar de antecedentes y que formaban un grupo criminal dedicado al despiece y venta por piezas de vehículos sustraídos.
Utilizaban dos naves ocupadas y tenían un claro reparto de funciones desde la sustracción de los turismos hasta su posterior venta. Los policías han recuperado restos de más de 25 vehículos robados. La investigación se inició en el mes de septiembre cuando los agentes tuvieron conocimiento de la actividad ilícita que se realizaba en dos naves industriales las cuales habían cesado ya su labor comercial.
Tras un dispositivo de vigilancia se pudo observar como la gente que supuestamente trabajaba en una de las naves adoptaba muchas medidas de seguridad tanto a la salida como a la entrada de la misma. Además, también comprobaron que dichos individuos hacían uso de otro recinto, también ocupado, en una calle próxima a la anterior, al parecer para las mismas labores ilícitas.
Fruto de todas las investigaciones los agentes comprobaron como de una de las naves entraban y salían los mismos turismos en varias ocasiones. En un momento dado dieron el alto a una furgoneta con dos varones en el interior y descubrieron que en la parte trasera tenían diversas piezas de un vehículo de alta gama, comprobando que ambos eran robados.
Inmediatamente realizaron un registro de las dos establecimientos y localizaron una furgoneta y piezas de más de 25 vehículos sustraídos así como una inmensa montaña de chatarra y escombros, sobre la que se continúan haciendo gestiones para tratar de identificar más piezas correspondientes a turismos robados.
Reparto de funciones
Este grupo tenía unas tareas diferenciadas donde el líder era el encargado de la sustracción de los vehículos de media y alta gama en distintas partes de la comunidad de Madrid. Los dejaban estacionados en la calle durante la noche para a la mañana siguiente trasladarlos a las naves pasando así desapercibidos
entre el tráfico.
Las naves utilizadas eran locales industriales ocupados donde sus moradores hacían labores de guarda y recibían una cantidad de dinero por cada coche que era despiezado en la misma. Éstos eran advertidos previamente de la llegada de una vehículo sustraído y tras comprobar las inmediaciones, procedían a la apertura de la puerta para que el vehículo pudiese ser introducido rápidamente.
Además habían realizados enganches ilegales al suministro eléctrico para realizar su labor mecánica causando un perjuicio a la compañía eléctrica superior a los 40.000 euros.
Vendían las piezas rápidamente en el mercado negro
Otros miembros se encargaban de la retirada de los motores y catalizadores, que eran vendidos rápidamente por su alto valor en el mercado negro. El resto del vehículo era desguazado con radiales para su venta a peristas. Las partes que no lograban colocar en el mercado eran amontonadas al final de la nave.
Fruto de la investigación se procedió a la detención de ocho personas como presuntos autores de los delitos de robo con fuerza, pertenencia a grupo criminal, robo de vehículo, receptación y defraudación de fluido eléctrico. En los registros se han intervenido, aparte de los vehículos, abundante herramienta para el despiece de los coches, diversas armas blancas, una catana y un sub-fusil de asalto de imitación.