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El Ayuntamiento de Madrid está tramitando una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana para incluir las Torres de Colón en el Catálogo General de Edificios Protegidos.
Las Torres de Colón fueron en su día un hito tecnológico debido a su compleja estructura, pero «la supuesta protección permite que la empresa propietaria las demuela parcialmente y eleve su altura. Todo ello, mediante una simple declaración responsable».
Así lo denuncian Ecologistas en Acción y Madrid Ciudadanía y Patrimonio, que «han pedido que su protección esté orientada a proteger su estructura e imagen histórica y que cualquier actuación se realice mediante un Estudio de Detalle previo».
Las Torres de Colón se construyeron entre 1967 y 1976. Tienen veintitrés plantas sobre rasante y seis subterráneas, y su construcción fue posible gracias a la arquitectura suspendida ideada por su arquitecto, Antonio Lamela. Es decir, los forjados cuelgan unos de otros desde la estructura de coronación, de modo que los pisos superiores no se apoyan en los inferiores. Reformas posteriores desfiguraron su valor arquitectónico pero no el estructural.
A partir de 2016 la propiedad ha estado presentando solicitudes de obra para realizar reformas parciales. En 2017 el Consejo Regional de Patrimonio de la Comunidad de Madrid instó al Ayuntamiento de Madrid a incluir las torres en el Catálogo de Edificios Protegidos; en 2018 la Asociación para la Protección de las Torres de Colón solicitó también su inclusión en dicho Catálogo; y en 2019 la Dirección General de Planeamiento y Gestión Urbanística del Ayuntamiento inició la tramitación para su catalogación. Sin embargo el proceso de protección chocó con los intereses de la propiedad.
Simultáneamente, en 2019 la propietaria, Mutua Madrileña Automovilística-Sociedad de Seguros a Prima Fija, presentó una serie de declaraciones responsables en las que solicitaba llevar a cabo actuaciones que supondrían importantes modificaciones del edificio, llegando a afectar a la estructura original. Se plantea, por ejemplo, la demolición de los forjados colgados o la construcción sobre las cabezas actuales de cuatro plantas añadidas que ya no estarían suspendidas y modificarían su volumetría, incrementando su altura.
Se da la circunstancia que el nivel de protección que propone el Ayuntamiento (nivel 3, grado Parcial) salvaguarda solo tres elementos: núcleo interior, cabezas y tirantes, permitiendo realizar todas las actuaciones solicitadas por la propiedad sin tener en cuenta que desfiguran la característica principal de su sistema estructural que las identifica como torres colgadas.
Por ello, Ecologistas en Acción y Madrid Ciudadanía y Patrimonio han presentado alegaciones a la propuesta municipal y han solicitado que se eleve la protección de las Torres de Colón al nivel 2 y se recupere su imagen original de 1976, dirigida a hacer aparente el singular sistema constructivo merecedor de esta protección.
Igualmente recuerdan al Ayuntamiento que «no puede conceder a la propiedad la realización de la transformación pretendida de las Torres de Colón mediante una simple declaración responsable». «Debido a los cambios radicales de volumetría que se plantean, el promotor debe presentar previamente un Estudio de Detalle que deberá someterse a un periodo de información pública. Así lo establece la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, y su incumplimiento supondría una grave irregularidad», inciden.