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La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha denunciado que la planta 22 del Hospital Gómez Ulla, de alto aislamiento, reservada para enfermedades infectocontagiosas de riesgo y cuya construcción costó alrededor de 10 millones de euros, «está cerrada desde el pasado 8 de julio sin que la dirección del centro haya ofrecido explicaciones de esta clausura».
Sin embargo, la urgencia y la UCI de este hospital ubicado en el barrio de Carabanchel, uno de los más afectados por esta segunda ola de COVID-19, «están saturadas por la afluencia de casos y la falta de personal, lo que hace más incomprensible el cierre de la citada planta».
Según ha podido saber CSIF a través de trabajadores de este hospital, el cierre de la planta 22 «ha provocado que los alrededor de medio centenar de profesionales, entre médicos, enfermería, auxiliares de enfermería y celadores, que se contrataron en su día para esta unidad estén repartidos por todo el hospital, incluso realizando funciones que poco tienen que ver ni con el COVID-19 ni con su formación en bioseguridad para trabajar con pacientes infectocontagiosos de alto riesgo y en la biocontención en esa planta».
Los trabajadores consultados aseguran a CSIF que el cierre de la planta 22 y el reparto de sus trabajadores por todo el hospital «responde al deseo del director del Gómez Ulla de deshacerse de los contratos indefinidos de estos empleados. Una modalidad de contrato que se estableció por la importancia de la labor a desarrollar por parte de este personal».
CSIF considera que» con el aumento exponencial de casos de Covid y a las puertas de que se pongan en marcha confinamientos selectivos en la Comunidad de Madrid, es una gran irresponsabilidad, una insensatez y un enorme peligro mantener cerrada esta planta, una de las siete unidades de aislamiento de alto nivel que existen en España.»
«Esta planta, que sí estuvo abierta al comienzo de la pandemia y que inexplicablemente fue cerrada el 8 de julio pasado, podría ser de gran ayuda para combatir el virus en el área asistencial que le corresponde, al contar con el personal mejor formado para tratar a pacientes infecciosos de alto riesgo», inciden.
Entretanto, el Gómez Ulla ha desplegado un hospital de campaña en su aparcamiento para labores de triaje, por si continúan al alza los contagios por COVID-19. «Lo que no está claro es con qué personal va a funcionar dicho hospital de campaña, ya que los empleados que actualmente trabajan allí aseguran que no dan abasto con el volumen actual de trabajo, con las urgencias y la UCI saturadas y varias plantas dedicadas a enfermos COVID».