- El futuro Instituto de Medicina Legal puede albergar hasta 230 cuerpos en cámaras de conservación y locales acondicionados.
- El Gobierno regional ha llevado a cabo obras para garantizar el suministro eléctrico a esta infraestructura.
La Comunidad de Madrid ha puesto hoy a disposición de las autoridades sanitarias las instalaciones de un segundo depósito de cadáveres para afrontar de forma provisional e inmediata la evolución del coronavirus COVID-19.
El edificio en cuestión es el futuro Instituto de Medicina Legal de la Comunidad de Madrid, ubicado en el madrileño barrio de Valdebebas, distrito de Hortaleza, en el desarrollo urbanístico en el que, en un futuro próximo, el Ejecutivo regional espera poner en marcha un proyecto de concentración de sedes judiciales de la capital.
Esta infraestructura puede albergar hasta 230 cuerpos en cámaras de conservación y locales acondicionados, que se encuentran en perfecto estado de mantenimiento. Para su puesta en funcionamiento, la Comunidad de Madrid ha llevado a cabo un conjunto de actuaciones de urgencia con el objetivo de garantizar el suministro eléctrico del complejo el tiempo que sea necesario.
Como hasta ahora, el traslado de fallecidos a estas instalaciones correrá a cargo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, que dan apoyo a los servicios funerarios.
De este modo, la Comunidad de Madrid pone a disposición de las víctimas de la crisis sanitaria un edificio que viene a complementar la labor que estas semanas están realizando los servicios funerarios madrileños y las instalaciones del Palacio de Hielo.
Esa primera medida de habilitar el Palacio de Hielo se tomó tras hacerse público el lunes el colapso de las funerarias, crematorios y tanatorios y el cierre de la Funeraria Municipal de Madrid, gestionada por el Consistorio, aunque posteriormente esto último se desmintió, aunque sí se confirmó su saturación. Una vez trasadados al Palacio de Hielo o al «donut» de la Ciudad de la Justicia, los cuerpos permanecen allí unos días, hasta que las funerarias puedan enterrarlos o incinerarlos.