Este viernes, 24 de mayo, se celebra en toda España el Día Nacional de la Epilepsia, un problema físico causado por un funcionamiento anormal esporádico de un grupo de neuronas, que afecta a 400.000 personas en nuestro país y cada año se diagnostican más de 20.000 nuevos casos.
Ante ello, el Ayuntamiento de Madrid iluminará el palacio y la fuente de Cibeles de color naranja. También se iluminarán la fachada del Congreso de los Diputados, la de la Real Casa de Correos (sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid) y la de la sede de la Fundación ONCE.
Desde la Asociación Nacional de Personas con Epilepsia ANPE, han mostrado su agradecimiento al «apoyo institucional y el de aquellas personas que con su esfuerzo y cariño han contribuido a ello».
Según indica ANPE, la epilepsia no es una enfermedad psiquiátrica ni mental, se trata de un problema físico causado por un funcionamiento anormal esporádico de un grupo de neuronas.
Puesto que su único síntoma son las crisis epilépticas que se manifiestan de forma intermitente, la mayor parte de las personas con epilepsia son plenamente capaces el resto de su tiempo.
El término epilepsia deriva del griego epilambaneim, que significa ‘coger por sorpresa’ y se refiere a un conjunto de enfermedades que se manifiestan por crisis epilépticas causadas por un problema en el cerebro. Generalmente, una crisis epiléptica se desencadena por un exceso de actividad eléctrica de un grupo de neuronas (células cerebrales) hiperexcitables y puede afectar a funciones como el movimiento o el comportamiento, o al nivel de conciencia (la noción de lo que sucede alrededor de uno).
Las crisis generalmente duran apenas unos segundos o unos minutos, después de los cuales finaliza y el cerebro vuelve a funcionar con normalidad. El tipo de convulsión depende de la parte del cerebro afectada y la causa de la epilepsia.
A grandes rasgos se distinguen dos tipos de crisis: las generalizadas, que afectan a toda la superficie del cerebro y provocan la pérdida de conocimiento y las crisis parciales o focales, donde la descarga comienza en una zona concreta que puede extenderse al resto de la corteza cerebral.
En algunos casos, justo antes de la crisis, el paciente experimenta el aura. Se trata de la sensación de que inmediatamente va a sufrir una crisis parcial o generalizada. En realidad es una crisis epiléptica parcial que está a punto de extenderse, aunque no todas las auras son precursoras de crisis graves.
Para padecer epilepsia hay que haber tenido más de una crisis. La epilepsia puede verse acentuada por varias circunstancias, como cambios hormonales o falta de sueño.
¿Cuántas personas sufren la epilepsia?
En España, la prevalencia se estima en torno a 8 pacientes por cada 1000 habitantes. Esto supone que cerca de 400.000 personas padecen epilepsia y, aunque esta enfermedad puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de su vida, en la mayoría de los casos se manifiesta en la infancia y a partir de los 65 años.
En el mundo, un total de 50 millones de habitantes conviven diariamente con la epilepsia y, aunque existen circunstancias como cambios hormonales o la falta de sueño que la podrían acentuar, esta patología afecta por igual a todas las razas y en todos los países.
Algunas personas pueden tener más de una crisis convulsiva a causa de fiebre elevada, diabetes, otras enfermedades, estrés, alcohol o consumo de drogas. Estas personas no tienen epilepsia porque sus crisis no se deben a enfermedades del cerebro.
Cada año se diagnostican más de 20.000 nuevos casos en España, y es una de las enfermedades neurológicas crónicas más habituales, hasta convertirse en el segundo motivo de consulta ambulatoria neurológica después de las cefaleas. Pese a ello, a día de hoy los pacientes con epilepsia aún deben hacer frente además a un grave estigma derivado del desconocimiento y la discriminación social. Sin embargo, aproximadamente el 70% de las personas con epilepsia pueden disfrutar de una vida plena, sin crisis, gracias a la administración de tratamientos antiepilépticos.
Es bastante común que las personas sufran al menos una crisis epiléptica a lo largo de su vida. Se estima que entre entre un 2 y un 5% de la población experimentará un episodio de epilepsia en algún momento; sin embargo, esto no implica que se trate de un paciente con epilepsia. Según la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE), para padecer epilepsia hay que haber tenido más de una crisis. Además, hay que tener en cuenta que algunas personas pueden tener más de una crisis convulsiva causadas por fiebre elevada, diabetes, otras enfermedades, estrés, alcohol o consumo de drogas. Y no por ello estas personas tienen epilepsia.
¿Cuáles son las causas la epilepsia?
Todas las funciones del cuerpo están controladas por el cerebro. Si algo altera el funcionamiento normal del cerebro, se puede producir un ataque epiléptico. Identificar la causa de las crisis puede ser útil al decidir sobre un plan de tratamiento. Sin embargo, en más del 70% de personas que padecen epilepsia no se puede identificar la causa.
Algunas causas de epilepsia:
- Enfermedades de otros órganos, como enfermedades del hígado y de los riñones, diabetes y alcoholismo.
- Epilepsias familiares.
- Problemas antes del nacimiento que afectan al crecimiento del cerebro.
- Problemas durante el parto, como lesión cerebral.
- Lesiones de la cabeza, sobre todo por accidentes de coche.
- Tumores cerebrales.
- Infecciones del cerebro, como meningitis o encefalitis.
- Otra enfermedad que dañe o destruya el tejido cerebral.
- Hemorragia cerebral, es decir formación de un coágulo de sangre en el interior del cerebro.
- Envenenamiento por plomo.
¿Cómo se trata la epilepsia?
El primer paso es acudir al especialista para asegurarse de que el paciente tiene epilepsia antes de comenzar cualquier tratamiento. El diagnóstico de epilepsia requiere que se hayan sufrido al menos dos crisis no provocadas. Una vez hecho el diagnóstico es recomendable comenzar el tratamiento lo antes posible y seguirlo con regularidad.
El tratamiento más común utiliza fármacos antiepilépticos (FAE), que logran controlar las crisis en aproximadamente el 70-80% de los pacientes. Los medicamentos restauran el equilibrio químico de las neuronas y atenúan las descargas eléctricas anormales.
Entre un 20-30% de personas no responden al tratamiento farmacológico simple (con un solo medicamento) y hay que combinar varios fármacos. Aún así algunas epilepsias no responden la medicación y puede ser necesario recurrir a la cirugía o a la estimulación del nervio vago (ENV) mediante la implantación de un electrodo bajo la piel del cuello.
Aunque el tratamiento mejora la calidad de vida y la mayoría de los casos logra controlar las crisis, los pacientes de epilepsia todavía deben hacer frente al estigma social derivado del desconocimiento de la enfermedad.