La Comunidad de Madrid, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, ha presentado hoy el Plan Regional de Fortificaciones de la Guerra Civil (1936-1939) de la Comunidad de Madrid, una publicación que explica las claves para acercarse a este importante patrimonio del siglo XX, así como el enfoque que se ha adoptado como método de estudio y conservación del patrimonio bélico construido en la región.
La directora general de Patrimonio Cultural, Paloma Sobrini, ha explicado que el documento nace como un instrumento para “ayudar y concienciar” a los técnicos locales encargados de preservar estos restos de la Guerra Civil pues, a pesar de su cercanía en el tiempo, “son vestigios patrimoniales de gran valor”.
Así, a lo largo de más de 170 páginas, divididas en siete capítulos, se recoge la filosofía del Plan Regional de Fortificaciones de la Guerra Civil (1936-1939) de la Comunidad de Madrid. Un enfoque que pretende trascender lo meramente material para atender a la realidad cultural de un patrimonio que simboliza una época fundamental para comprender nuestra historia.
Esta publicación es el resultado del intenso trabajo de un grupo de profesionales entre los que se encuentran técnicos de la Dirección General, arqueólogos, profesores de universidad o del CSIC, Reales Academias, ayuntamientos y miembros de la sociedad civil especialistas en el tema que han pensado y entendido este patrimonio bélico contemporáneo de una forma novedosa.
El Plan General de Fortificaciones
Durante su intervención, Sobrini ha afirmado que desde la aprobación de la Ley 3/2013 de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, el patrimonio fortificado perteneciente a la Guerra Civil Española (1936 – 1939) ha quedado protegido desde el punto de vista legal.
En este contexto de protección, la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes ha llevado a cabo diversos proyectos para la documentación, excavación y puesta en valor de este patrimonio, excepcional desde el punto de vista histórico tanto por su gran volumen como por su estado de conservación.
Y es que Madrid sufrió el sitio más largo de la Guerra Civil española tras el asalto frontal de noviembre de 1936. Los tres años de contienda dejaron innumerables restos materiales que han recibido recientemente una aproximación científica. Por todo ello, el Ejecutivo autonómico constituyó en 2016 una comisión para la creación de un ambicioso Plan de Fortificaciones con el fin de documentar, proteger y conservar estos restos.
Desde la Consejería se han estudiado e inventariado miles de kilómetros de trincheras y más de 2.000 elementos defensivos construidos, que se han ido sistematizando, como son los puestos de tirador y búnkeres, y algunos elementos excepcionales como el denominado Blockhaus. En 105 de los 179 municipios de la Comunidad se han documentado este tipo de restos, “lo que señala la abundancia, cantidad y valor patrimonial de los mismos”, ha indicado la directora.
Ahora, este trabajo de documentación y recuperación va un paso más allá con la publicación de este ‘libro blanco’. Por primera vez, de manera íntegra en una comunidad autónoma se reconoce la trascendencia de estas fortificaciones y su entorno, y se pone el énfasis en la necesidad de inventariarlas y conservarlas.
Pero también, en la necesidad de acercarlas a los ciudadanos de una forma sencilla y didáctica a partir de una serie de rutas arqueológicas y centros de interpretación que ayudarán a explicar los entramados de este conflicto bélico desde la arqueología.
Blockhaus 13 y Frente del Agua
Dentro del ‘Plan de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid’ se han desarrollado dos proyectos pilotos de cómo dar a conocer este patrimonio de la Guerra Civil a los ciudadanos. El primero es la fortificación conocida como Blockhaus 13, situada en Colmenar de Arroyo. Los siguientes trabajos de recuperación finalizados han sido los del Frente del Agua, en Paredes de Buitrago.
Principales actuaciones del plan
El ‘Plan Regional de Fortificaciones de la Guerra Civil (1936-1939)’ es un proyecto que precisa de un amplio trabajo de asesoramiento y documentación de estas singulares construcciones, a fin de tener representada de forma geoespacial la línea del frente y los sistemas de fortificación de ambos contendientes. El conocimiento de esta arquitectura defensiva es el objetivo fundamental del plan, pues es básica su protección patrimonial integral.
Otro punto fuerte del Plan es la elaboración de un “Libro Blanco” como instrumento de trabajo para los municipios y gestores de patrimonio. En él podrán encontrar todos los datos que afectan a estas fortificaciones y los procedimientos para su conservación. Está en vías de desarrollo y, entre otros contenidos, recogerá el trabajo de la Comisión de Expertos.
En cuanto a los trabajos de estudio, consolidación y adecuación para la visita de nuevas fortificaciones, los más inmediatos a acometer son: los de la ‘posición Galiana’ (en Pinto), que, junto con el Frente del Agua, constituyen uno de los mejores ejemplos de las fortificaciones republicanas; los relacionados con la batalla de Brunete; y varios ubicados en el término municipal de Las Rozas.