Desde el Gremio de Librerías de Madrid han querido mostrar su desacuerdo y disconformidad con la ejecución del secuestro judicial de Fariña, el libro escrito por Nacho Carretero sobre el narcotráfico en Galicia, a través de «una iniciativa en defensa de la libertad de prensa y la libertad de expresión».
El secuestro editorial —una medida excepcional en democracia, que llevaba más de una década sin aplicarse en España—, fue solicitado por el ex alcalde de O Grove, José Alfredo Bea Gondar, que en enero de 2016 demandó a Carretero y a la editorial por supuestamente vulnerar su derecho al honor. El Juzgado número 7 de Collado Villalba (Madrid), ordenó recientemente la ejecución del secuestro y ha exigido a la editorial la paralización inmediata de la reproducción y distribución del libro en formato papel y digital.
En recientes entrevistas televisivas, Bea Gondar se jactaba de no haber leído el libro y celebraba el secuestro de Fariña como un “aviso a navegantes”, además de lanzar lo que para la editorial son amenazas hacia el autor al afirmar: “Si no fuera creyente y tuviera un revólver buscaba al autor y le pegaba un tiro”.
Desde que se desató este asunto, el Gremio de Librerías de Madrid ha manifestado su disconformidad con el hecho del secuestro y ha mostrado públicamente su apoyo incondicional, tanto al autor como a los editores. Como respuesta a lo que consideran «una medida que socava el derecho a la información y a la cultura, deseamos dar a conocer una herramienta que permite leer Fariña a través de la obra más universal de la literatura española».
#FindingFariña
Para poder leer Fariña a través de El Quijote, la herramienta permite destacar y reordenar las palabras que aparecen en el ensayo periodístico sobre el narcotráfico en Galicia de Nacho Carretero. De esta forma, todo el que quiera podrá conocer el contenido de la obra secuestrada leyendo esta versión “especial” del clásico de la literatura universal de Miguel de Cervantes.
Esta acción pone de manifiesto «la imposibilidad de poner límites a las palabras en plena era digital y como dice el claim de la campaña, pueden secuestrar los libros, pero no las palabras”, explican los libreros madrileños.