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Chrysallis convoca una concentración en memoria de Ekai, joven trans que se quitó la vida esta semana

by Gacetín Madrid
lazo negro con bandera Trans

Este viernes, día 23 de febrero, a las 17:00 horas, Chrysallis ha convocado un acto en la Plaza Jacinto Benavente de Madrid en memoria de Ekai Lersundi Martinez, joven transexual de 16 años que se quitó la vida esta semana.

Este viernes, la asociación Chrysallis ha convocado actos en toda España en memoria de Ekai Lersundi Martinez, joven transexual de 16 años que se quitó la vida esta semana. En el caso de Madrid, la concentración se celebrará en la Plaza Jacinto Benavente, en el madrileño distrito de Centro, a partir de las 17:00 horas.

Las familias de esta asociación «sienten la necesidad de expresar su dolor de forma pública, de sacarlo a las calles y plazas para que esté presente, para que se visibilice. A lo largo de la historia reciente, las muertes trans han sido ocultadas de la misma forma que lo han sido las vidas trans».

«Estas familias no van a permitir que esto siga sucediendo, las vidas de las personas trans son importantes y sus muertes duelen. El sufrimiento que produce una administración que las ignora, dificultando sus vidas, es fuente de indignación. Este movimiento de familias, iniciado en 2013, ha trabajado para que se dicten y actualicen leyes, se regulen servicios  y se tenga en cuenta las realidades de una infancia y juventud trans que crece con fuerza, con el convencimiento de que el mundo también les pertenece», reivindican desde Chrysallis.

Para Chrysallis «el dolor de la perdida refuerza la convicción de que un mundo diferente es necesario, que los cambios no son aplazables, que no están dispuestas a dejar más vidas por el camino, que juntas pueden».

Durante la concentración se dará lectura del manifiesto.

Manifiesto de CHRYSALLIS – Asociación Estatal de Familias de Menores Transexuales

Podríamos reunirnos hoy aquí para buscar y encontrar posibles culpables de la muerte de Ekai. Sería fácil. Hay tantos*.

Podríamos traer a esta plaza a la Unidad del Hospital de Cruces, explicarles que ningún protocolo puede vulnerar los derechos fundamentales de las personas, que aquellas con menos de 18 años merecen una especial protección y cuidado.

No nos costaría tampoco encontrar responsables en el sistema educativo. En esos libros de texto excluyentes, en esas lecciones de biología adoctrinada por el cisexismo. Podríamos buscar a quienes no hicieron suficiente. Quienes dejaron pasar el tiempo sin hacer su trabajo. Porque es su trabajo. No es un favor, no es un capricho. Es su trabajo transmitir conocimientos verídicos, como es su trabajo educar en igualdad.

Podríamos, cómo no, acordarnos de las personas que están al frente de los gobiernos que obstaculizan el libre desarrollo de la infancia y la juventud trans. De las personas que están al frente de los partidos que convierten las vidas en imposibles, en invivibles. De quienes no creen en la despatologización porque en ello les va el chiringuito y el poder. Un poder ganado sobre cadáveres que nunca son suyos. Cadáveres que ponen nuestras familias.

Y así podríamos seguir horas, traer a las productoras que emiten series de televisión tránsfobas, a quienes se empeñan en malgenerizar a las personas trans, a quienes se permiten el lujo de hacer preguntas incómodas y dañinas.

Podríamos hacer una enorme hoguera en esta plaza y sacarnos la rabia. Porque tenemos mucha, casi tanta o más que dolor.

Pero hoy no lo vamos a hacer. Hoy no. Eso vendrá después.

Vendrá cuando hayamos llorado juntes a Ekai, que era un artista impresionante. A Ekai, en sus 16 años. A Ekai, con esos cortes de pelo tan estupendos. A Ekai. Porque es él quien nos une hoy en esta plaza y nadie va a estar por encima del dolor que nos produce perderle.

Después, el dolor se mitigará por el tiempo. Y será después cuando podamos hacer justicia. Por Ekai. Por tantes otres. Para que no tengamos que reunirnos a llorar nunca más. #VuelaEkai, vuela.

* En esta ocasión elegimos usar el masculino genérico en alusión al sistema cisheteropatriarcal como responsable último de cuantas violaciones de los derechos fundamentales sufren diariamente las personas trans, especialmente, las menores de 18 años.

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