- El Real Jardín Botánico-CSIC celebra el próximo martes 17 de octubre el aniversario de su creación decretada por el rey Fernando VI.
- Visitas guiadas con el estreno de una nueva ruta, la presentación de un libro, talleres y un espectáculo de luz para celebrar su aniversario.
El 17 de octubre de 1755 Fernando VI ordenó la creación del Real Jardín Botánico de Madrid que se instaló en la Huerta de Migas Calientes, en las inmediaciones de lo que hoy se denomina Puerta de Hierro, a orillas del río Manzanares. Contaba con más de 2.000 plantas, recogidas por José Quer, botánico y cirujano, en sus numerosos viajes por la Península u obtenidas por intercambio con otros botánicos europeos.
A partir de 1774, Carlos III dio instrucciones para su traslado al actual emplazamiento del paseo del Prado, donde se inaugura en 1781. Sabatini -arquitecto del Rey- y Juan de Villanueva -al que debemos el Museo del Prado, el Observatorio Astronómico y otras obras- se hicieron cargo del proyecto.
Desde su creación, en el Real Jardín Botánico se desarrolló la enseñanza de la Botánica, se auspiciaron expediciones a América y al Pacífico, se encargaron dibujos de grandes colecciones de láminas de plantas y se acopiaron importantes herbarios que sirvieron de base para describir nuevas especies para la ciencia. Esas tres áreas de trabajo, la investigación, la educación y la divulgación científica, siguen
siendo el leitmotiv del RJB-CSIC 262 años después, el cumpleaños capicúa que celebra el próximo martes 17.
Tres áreas que se conjugan en las actividades organizadas para celebrar este aniversario. La fiesta comienza este fin de semana con visitas guiadas gratuitas que ya se han completado en el servicio de reservas previas. Visitas que se centran en “RJB Museo Vivo”, un recorrido que recomienda la descarga gratuita de la aplicación móvil del Jardín en teléfono y tabletas inteligentes para optimizar la visita al Botánico. Y en una nueva oferta, “5 rincones del Botánico”, que propone conocer cinco espacios del Jardín: el huerto, la platabanda, la Glorieta de la Niña, la Estufa de Palmas y las mesas expositoras. Este último itinerario se repite el mismo día del cumpleaños, el martes 17.
1. El huerto. Al final de la Terraza de los Cuadros y frente al estanque de agua dulce se encuentra el huerto. Es una zona muy vistosa y didáctica. Miles de escolares que acuden al Jardín cada curso la incluyen en sus itinerarios de visita. También numerosas personas adultas. A unos y otros les sorprende reconocer la variedad de plantas alimenticias que aquí se encuentran.
No solo de un año a otro, sino en las distintas estaciones del mismo año. Ahora, en otoño, coles, brécol, lombarda o calabazas. En invierno, rábanos, puerros, ajos o cebollas. En primavera-verano, espárragos, lechugas, pimientos, tomates o una extensa variedad de frutas. Antiguamente, en el cuadro que ocupa el huerto se realizaba anualmente la siembra de tiestos por lo que los jardineros más veteranos denominan este espacio como “cuadro de la siembra”.
2. La platabanda. La Bordura Inglesa, conocida popularmente como la platabanda, recorre el Paseo de las Estatuas donde figuran los ilustres botánicos españoles José Quer y Martínez, Simón de Rojas Clemente, Antonio José Cavanilles y Mariano Lagasca.
Este paseo genera todo tipo de opiniones, aunque cuenta con más partidarios que detractores, por el desorden organizado de plantas que aquí se aprecia. Su valor reside en la variedad de plantas ornamentales que aquí se muestran y la variedad de colores que aporta a la zona. Gracias a una planificación general de la plantación que aquí se realiza unos 9 meses del año mantiene flores. Un seto de mirto o arrayán recortado divide la platabanda y el paseo alto. Bajo él se plantaron una colección de arbustos y plantas vivaces muy interesantes en jardinería. Sin duda, es uno de los rincones del Jardín que capta más fotografías por los visitantes.
3. La Glorieta de la Niña. A ambos lados del Pabellón Villanueva, dispuestas simétricamente, figuran dos glorietas que deben su nombre a los tilos que las bordean. En la glorieta sur se erige la estatua de una niña (de ahí su nombre), obra del escultor Julio López Hernández, que sostiene en sus manos una dalia, planta colectada en la expedición científica de Martín Sessé a México, descrita por Cavanilles como Dahlia pinnata y cultivada por primera vez en Europa en este Jardín Botánico.
La escultura también recuerda al visitante que el Botánico pertenece desde 1991 a la Asociación de Jardines para la Paz. Con un ambiente soleado en las mañanas de otoño y umbrío y fresco en verano, la Glorieta de la Niña invita al visitante a reposar o leer en sus bancos.
4. La Estufa de Palmas. Conocida también como Invernadero o Estufa de Graells porque se construyó en 1856 siendo director del Jardín el científico Mariano de la Paz Graells, sigue funcionando desde su creación como estufa fría, es decir con una temperatura y humedad más o menos constantes, sin otro regulador que el mantenimiento de las plantas al abrigo, el calor del sol y la ocasional ayuda de aspersores. Viven estas condiciones helechos, musgos, plataneras, plantas trepadoras…, y en su estanque plantas acuáticas. Una vez cautivado por su vegetación, el visitante también dirige su mirada al suelo, por su histórica reja, o a la luz natural que, desde el techo, proporciona su cubierta.
5. Mesas expositoras. Saliendo de la Estufa de Palmas y recorriendo el paseo del emparrado, el visitante llega a las mesas expositoras, una de las propuestas más recientes. Una zona del Jardín dedicada a vivero se ha reconvertido en zona de exhibición para poder mostrar al público plantas cultivadas en tiesto. Ahí se ha plantado un seto de durillo en todo el perímetro de la figura y se han colocado unas mesas especiales que se pueden rellenar de arena para exhibir la colección de bulbosas cuando están en flor y no se vea afectado su cultivo.
Además se muestran plantas con especial interés científico. En esta zona también se puede disfrutar de una rocalla con la colección de Sedum y Sempervivum que se ha venido creando en los últimos años. Como en los otros cuatro escenarios anteriores, este también está preparado a prueba de disparos y flashes fotográficos.
Presentación de La selección natural de Charles Darwin
El estudio de la ciencia se manifiesta en forma de libro y de la mano de la editorial Nórdica Libros se presenta el jueves 19 el libro La selección natural de Charles Darwin que ha ilustrado Ester García y traducido Íñigo Jáuregui. En este acto, que se llevará a cabo desde las 18:00 horas en la Biblioteca del Real Jardín Botánico, intervienen junto a la ilustradora Pablo Vargas, Profesor Investigación del CSIC en el RJB, y Susana Sánchez, editora de Nórdica Libros.
A estas actividades el Real Jardín Botánico suma las enmarcadas en los eventos Madrid Otra Mirada (MOM) y Luna de Octubre que coinciden en el tiempo en el aniversario del Jardín y se concentran durante el fin de semana, los días 21 y 22 de octubre.
Dar la vuelta al mundo o explorar plantas por un día
El sábado 21 la cita es con “La vuelta al mundo en 80 plantas”, una visita guiada de una hora y media de duración, aproximadamente, para conocer la flora de diferentes partes del mundo de la mano de un educador del Real Jardín Botánico. Desde la selva tropical a los bosques de coníferas, los asistentes viajarán por la principal vegetación de todo el globo terráqueo. La visita, dirigida a todos los públicos, se
volverá a repetir el domingo 22.
Además, el domingo se ha proyectado el taller “Explorador por un día”. Con esta actividad los pequeños y mayores aprenderán como es el día a día del trabajo del científico. Estudiar la flora de un territorio, conocer cómo se trabaja en botánica y ¿quién sabe?, quizás descubrir una nueva especie. El taller está destinado a familias con niños entre los 5 y los 12 años.
Todas las actividades programadas con motivo del 262 aniversario del RJB que conllevan reserva ya están completas. Únicamente es posible asistir a la citada presentación del libro La selección natural de Charles Darwin en la Biblioteca del Jardín Botánico ya que la entrada es libre hasta completar el aforo.