Temperaturas continuadas de más de 31ºC es lo que soportan a diario bebés y niños de hasta 3 años, educadores, maestros y el resto de personal de administración y servicios que trabajan en las escuelas infantiles públicas de la Comunidad de Madrid. Esto es lo que ha denunciado CSIT Unión Profesional, que ha presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social por presunta infracción de, al menos, nueve normas laborales.
Desde CSIT Unión Profesional se insta a la Comunidad de Madrid a «que ponga freno a esta situación y esperamos que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social actúe en consecuencia para evitar que se continúen sobrepasando las temperaturas límites para la actividad en estos centros educativos».
Los trabajadores de las escuelas infantiles de la Comunidad de Madrid han trasladado a CSIT Unión Profesional «las condiciones de riesgo para la salud en las que han de desarrollar su trabajo en estas semanas de altas temperaturas».
Niños de 0 a 3 años y trabajadores de escuelas infantiles como Los Girasoles, Roger de Flor, Los Ángeles, Los Pingüinos, Los Álamos, Colores, El Pilar, Almudena, El Lago y muchas otras, situadas en distintos distritos de los municipios de Madrid, Móstoles, Alcorcón, Rivas, etc, «aguantan estas semanas, temperaturas continuadas que superan los 31ºC durante, al menos, ocho horas diarias».
La denuncia presentada por CSIT Unión Profesional contra la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid hace constar el posible incumplimiento de nueve normativas diferentes relativas a la salud laboral, que ya habían sido puestas en conocimiento de las Direcciones de los centros por parte de los delegados de prevención. Las Direcciones de Área Territorial a las que está adscrita cada una de estas Escuelas Infantiles, también habían sido informadas pero la situación se ha mantenido igual, agravándose con la última ola de calor y la estrepitosa subida de las temperaturas en estos centros.
Los trabajadores expuestos a tan altas temperaturas temen que además de sufrir riesgo para su propia salud, les puedan ser atribuidas las consecuencias físicas o psicológicas que se derivan de la exposición de los niños y bebés a dichas temperaturas, teniendo en cuenta que ellos son población de riesgo ante la ola de calor.