El expresidente uruguayo Mujica acepta la invitación para asistir al Foro sobre las Violencias de Madrid

Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, ha mantenido hoy un encuentro con el expresidente uruguayo José Mujica, aprovechando su estancia en Madrid.  Ha sido una charla de cerca de una hora en la que, además de dar un repaso conjunto a los temas de actualidad, la alcaldesa madrileña ha invitado formalmente a Mujica a asistir al I Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y la Educación para la Convivencia y la Paz, que se celebrará del 19 al 21 de abril del próximo año en Madrid. “Entender por qué hacemos tantas salvajadas en una época de desarrollo de la civilización es un tema que vale la pena”, argumentó el expresidente para confirmar su aceptación.

La alcaldesa madrileña expresó la importancia del sí del que fuera presidente de Uruguay entre 2010 y 2015 y actualmente senador de ese país. “Es una persona absolutamente dedicada a que el mundo mejore, a que su desarrollo esté cada vez más próximo a las necesidades de las personas, siempre con el afán de eliminar las desigualdades”.

Iniciativa conjunta de Madrid y París

El Foro surgió hace apenas un año de la mano de las alcaldesas de Madrid y París, Manuela Carmena y Anne Hidalgo, tras el atentado sufrido por la sala Bataclan de la capital francesa, que se saldó con casi un centenar de víctimas.  Fue entonces cuando las dos regidoras acordaron la creación de este espacio de diálogo, al que están convocados todos los gobiernos locales del mundo y los agentes implicados en el tema para estudiar, en palabras de Carmena,  la búsqueda de “fórmulas que ayuden a resolver los conflictos sin recurrir a la violencia”. Un término este último que se abordará en su sentido más amplio: violencia de género, juvenil, en el mundo del deporte, bandas urbanas como las maras, yihadismo o las nuevas formas que han surgido con la expansión de las redes sociales. Se trata de que, desde la cooperación y compartiendo las experiencias, se pueda avanzar más rápido y encontrar lugares comunes, alianzas, campos para la colaboracióny el intercambio. De ahí que cuente con la implicación de organismos internacionales, redes de ciudades y movimientos sociales de todo el mundo para garantizar así un enfoque transversal y una verdadera dimensión global.

El nombre del Foro lleva implícito el camino por el que Madrid y París «han apostado para combatir la violencia: la educación para la convivencia y el establecimiento de una cultura de la paz. Se trata de aprovechar la capacidad transformadora de las ciudades y la experiencia que les proporciona su cercanía a los ciudadanos, su gestión cotidiana de la diversidad social, cultural e identitaria y su búsqueda permanente del equilibrio entre esa diversidad y la igualdad de derechos, desde el respeto y la tolerancia a las distintas culturas, sin permitir que ello conduzca a la negación de derechos y oportunidades para determinados colectivos», han explicado los responsables.

Un repaso a la actualidad

Tras el encuentro, Carmena y Mujica han celebrado una rueda de prensa, en la que el expresidente ha dado su visión sobre algunos temas de actualidad. “Pasa como con el mar, solemos ver las olas pero no tenemos idea de lo que sucede aguas abajo. Con los movimientos político-sociales es igual, tienen una superficie, pero debajo tienen razones más hondas”, señaló para explicar la llegada de Trump a la Casa Blanca, el Brexit, o el apoyo en aumento a los movimientos ultranacionalistas. La globalización, en detrimento muchas veces de la soberanía nacional, o la frustración de unas clases medias desfavorecidas y con los ingresos estancados mientras ven crecer la economía son algunas de esas corrientes que hay bajo las olas. Recordando la década de los 30 del pasado siglo, afirmó que estamos “ante una oleada de ese tipo”, en la que proliferan el chauvinismo y el ultranacionalismo.  “Son tiempos donde el péndulo de la historia tiene alguna inflexión que nos va a costar dolores de cabeza”.

Mujica apostó claramente por la paz en el nuevo acercamiento entre el Gobierno colombiano y las FARC.  “Como principio general hay que luchar denodadamente por acuerdos políticos que puedan sacarnos de la guerra a pesar de todas las limitaciones que puedan tener. El peor acuerdo político es mejor que la mejor guerra”. Más en un país, como Colombia, donde la contienda tiene más de medio siglo. “No creo que la guerra crónica –apostilló- sea proyecto de nada que beneficie a un país”.

Tras reconocer la crispación “y la incapacidad somática para poder dialogar de buena fe” que padece Venezuela, se mostró partidario del intento de la Iglesia por tender puentes de diálogo, aunque advirtió que el punto “de mayúscula consideración” a la hora a abordar el futuro del país, es la dependencia del petróleo, que hace más de un siglo “devastó la cultura económica” del país y arrasó la agricultura. “La experiencia ha demostrado que la despensa tiene que estar cerca de la cocina”, subrayó al tiempo que se lamentaba de que en el mundo actual sea más fácil “hacer un ingeniero que un campesino”.