Desde este jueves, 1 de enero de 2026, los mapas oficiales de la Comunidad de Madrid presentan una fisonomía distinta. Entra en vigor la alteración de los términos municipales entre la capital y Rivas-Vaciamadrid, una medida aprobada por el Consejo de Gobierno el pasado mes de octubre que pone fin a décadas de disfunciones geográficas provocadas por el trazado de grandes infraestructuras como la M-50 y la A-3.
Esta «doble y mutua segregación de territorios» responde a los compromisos adquiridos en el Pacto Regional por la Cañada Real Galiana. La medida busca que la administración de los terrenos sea más coherente con la realidad física del terreno, permitiendo que ambos ayuntamientos optimicen la seguridad, la limpieza y, sobre todo, las políticas de integración social en áreas de especial vulnerabilidad.
Un intercambio de 150 hectáreas
La operación, de una complejidad técnica notable, ha supuesto el trasvase de grandes porciones de suelo que hasta ahora quedaban aisladas de sus respectivos núcleos urbanos por las barreras que suponen las autovías. El balance de superficies es el siguiente:
- Rivas-Vaciamadrid cede a Madrid: Un total de 517.239 m², situados íntegramente al norte de la autovía A-3.
- Madrid cede a Rivas-Vaciamadrid: Un total de 981.152 m². De estos, la inmensa mayoría (937.492 m²) se ubican al norte de la A-3, mientras que 43.660 m² se encuentran en la zona sur.
El nuevo cementerio de Rivas y la logística de la A-3
Uno de los puntos clave de este cambio ha sido la reordenación de parcelas al sur de la A-3. Originalmente, el planeamiento de Rivas preveía la construcción de un nuevo cementerio municipal en terrenos que, tras la redelimitación, habrían quedado dentro de Madrid.
Para solucionar este conflicto, el decreto ha incorporado nuevos suelos de Madrid al término de Rivas, permitiendo no solo relocalizar el camposanto, sino también garantizar la construcción de un nuevo acceso a la vía de servicio de la A-3.
Precisión cartográfica mediante 133 vértices
El nuevo deslinde no ha dejado lugar a dudas técnicas. Se han fijado 133 vértices de alta precisión validados por el Centro Regional de Información Cartográfica. La mayoría de estos puntos (109) recorren de forma milimétrica las medianas de la M-50 y la A-3, asegurando que la carretera sirva de frontera natural y administrativa.
Otros 24 vértices delimitan con precisión topográfica —superando los antiguos errores catastrales de hasta 11 metros— la parcela destinada a las dotaciones de Rivas al sur de la autovía. Con este cambio, las autoridades esperan que los vecinos de las zonas afectadas vean simplificada su relación con la administración al pertenecer, de derecho, al municipio que les presta los servicios de hecho.
