La Comunidad de Madrid ha presentado hoy el diseño de los nuevos trenes de conducción automatizada de Metro para la Línea 6 del suburbano, un modelo que estará operativo a partir de 2027 y que será más rápido, accesible y eficiente energéticamente.
Así lo ha señalado el consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, tras la visita que ha realizado al Puesto de Mando de la compañía, situado en Alto del Arenal, donde ha desglosado las novedades que acompañan a esta renovación de flota del metropolitano madrileño con 40 nuevas unidades y una inversión de 450 millones de euros.
Entre estas, Rodrigo ha explicado que, al no llevar cabina y con la ampliación del ancho de los trenes, estos incrementan hasta un 17% su capacidad en el número de viajeros, pudiendo alcanzar los 1.385 por convoy.
Otra de las mejoras que introducen estos modelos que está fabricando la empresa CAF, en sus centros de Zaragoza y Beasain, es que se optimizará el tiempo de circulación aumentando la velocidad hasta en un 33%, lo que permitirá una frecuencia de paso cada dos minutos y la reducción de la espera en las estaciones.
Además, cuentan con seis coches y pasillos intercomunicados y serán un 20% más eficientes en el consumo energético que los actuales de la Línea 6 (Laguna-Lucero). Asimismo, mejorarán la accesibilidad ya que tendrán un mayor contraste cromático y novedades como el bucle inductivo, un sistema que facilita la percepción de la megafonía para personas con audífonos.
LA PRIMERA COMPRA DE TRENES DE METRO DESDE 2008
El consejero ha recordado que “esta adquisición por parte de Metro de Madrid es la primera que realiza el suburbano madrileño desde 2008 y su entrada en servicio supondrá la retirada de los modelos más antiguos de la red, como los de la serie 5000”.
Igualmente, el contrato contempla el desarrollo e implantación de un programa de optimización de su ciclo de vida, lo que conlleva el asesoramiento y asistencia técnica para su conservación durante un periodo de 10 años.
Con esta operación, se garantiza el aumento de la capacidad de desplazamientos de todo el subterráneo, poder atender la demanda de la futura ampliación de la Línea 11 hasta Conde de Casal y una redistribución más eficaz de los recursos con los que cuenta actualmente la compañía.
La segunda fase de este proyecto, que se llevará a cabo en los próximos meses, supondrá la compra de otras 40 unidades que se asignarán a L1, entre Pinar de Chamartín y Valdecarros, con una inversión estimada de 500 millones de euros.
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