Entre un 5-7% de los niños menores de 18 años tienen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en el mundo, siendo la prevalencia similar en España. Los expertos no consideran que los casos hayan aumentado, sino que ha mejorado el diagnóstico y el conocimiento científico en general. “Según un estudio epidemiológico, el riesgo de mortalidad de las personas con TDAH es de dos a ocho veces mayor. Además, tienen mayor probabilidad de consumir sustancias tóxicas a lo largo de su vida, de comorbilidad y de tener un embarazo no deseado, entre otras consecuencias”, declara el Dr. Javier Sánchez Cerezo, del Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Por eso el psiquiatra insiste en la importancia de iniciar un tratamiento farmacológico temprano, dado que este se asocia con un mejor pronóstico. “Los datos indican que cuando se inicia el tratamiento, la mortalidad se iguala al de personas neurotípicas”, apunta. En ocasiones, el tratamiento puede ser psicológico, pero “en la mayoría de los casos el trastorno es moderado o grave y necesita de fármacos”.
Síntomas
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo cuyos síntomas principales son la hiperactividad y la inatención. “Observamos que estos niños cometen muchos errores por esa falta de atención. A veces a los padres les confunde que sus hijos sí se concentren en los videojuegos. Sin embargo, debemos tener en cuenta que estos no requieren tanto esfuerzo mental y que tienen estímulos muy frecuentes y de corta duración con gratificación y recompensas inmediatas. En cuanto a la hiperactividad, vemos que tienen mucha dificultad para permanecer quietos o esperar en determinadas ocasiones, exponiéndose a situaciones de peligro”, manifiesta el psiquiatra.
Además, recuerda que “estos síntomas deben darse al menos en dos contextos. No es suficiente con que solo les suceda en casa o en el colegio, sino que debe darse en más de uno y generar un impacto negativo en la vida del niño, ya sea familiar, social o académico”.
El experto indica que, al ser un trastorno del neurodesarrollo, diferentes áreas del cerebro pueden ir mejorando con la edad, como la hiperactividad. “Sin embargo, la inatención puede persistir, por lo que muchos adultos necesitan mantener el tratamiento a lo largo de su vida”, añade.
Diagnóstico
El diagnóstico temprano es clave para que se pueda iniciar un tratamiento cuanto antes. Este consiste en una entrevista clínica, basada fundamentalmente en los criterios del DSM-5 o el CIE-11.
“Una de las cosas que másEn los últimos años ha ayudado ha sido el aumento de la concienciación y de la sensibilidad en la sociedad sobre el trastorno. Esto ha permitido que los colegios estén más preparados y adaptados con el objetivo de que sean más inclusivos y eviten que estos niños tengan más dificultades durante su educación”.
Formación
Con estas cifras, “la formación de los médicos y, concretamente, de los psiquiatras es fundamental, dado que es un trastorno muy prevalente, con muchas consecuencias a largo plazo si no se trata y con tratamientos asociados a muy buenos resultados”, resalta el psiquiatra.
Por eso, tanto él como otros psicólogos y psiquiatras han participado como docentes en el ‘V Taller de Psiquiatría & Psicología de la INFANCIA para Residentes MIR/PIR’ que se celebra hoy en el ICOMEM, organizado por la Asociación de Científicos en Salud Mental del Niño y Adolescente de la Fundación Alicia Koplowitz.
Durante el curso, los expertos van a presentar diferentes casos clínicos que tienen la ansiedad y la irritabilidad como sintomatología común.
Salud emocional
Igual de importante es el cuidado de las emociones de los niños que tienen TDAH, dado que su neurodesarrollo se asocia con un mayor problema para regular sus emociones. “Además, pueden tener mayores problemas de autoestima al percibir que tienen más dificultad para desempeñar algunas tareas”, percibe el Dr. Sánchez Cerezo.
