El trabajo, publicado en la revista Antioxidants, resalta cómo estos factores pueden afectar el desarrollo inmunitario y gastrointestinal del recién nacido y pone de manifiesto la necesidad de un asesoramiento nutricional adecuado durante la lactancia, especialmente en madres que han dado a luz prematuramente o por cesárea.
La investigación, que explora por primera vez la relación entre el Índice Inflamatorio de la Dieta (IID) y la salud de la mujer en el postparto, proporciona una nueva visión sobre la nutrición neonatal y su impacto en la salud infantil a largo plazo.
Función de las citoquinas en la leche materna
La leche materna no solo nutre al recién nacido, sino que también es una fuente crucial de moléculas bioactivas. Las citoquinas, moléculas de comunicación celular esenciales para el sistema inmunitario, están presentes en la leche materna y participan en la respuesta inflamatoria.
Estas moléculas pueden ser antinflamatorias (IL-10 e IL-13), proinflamatorias (IL8, TNFα) o quimioquinas, cuya principal función es la movilización de células inflamatorias (MCP-1). Desempeñan un papel en el desarrollo inmunitario y gastrointestinal del recién nacido y son cruciales en los procesos de respuesta inflamatoria.
Las citoquinas de la leche materna son particularmente importantes en neonatos prematuros (nacidos antes de la semana 37 de gestación) debido a la inmadurez de sus sistemas fisiológicos. Durante la lactancia, los niveles de citoquinas en la leche pueden variar en función de factores maternos, como el estrés o la dieta, y factores del neonato, como la prematuridad o sus enfermedades.
Los recién nacidos prematuros presentan mayores morbilidades asociadas a respuestas inflamatorias, debido a la inmadurez de su sistema inmunitario. Sin embargo, los factores que más influyen en las citoquinas de la leche materna son objeto de debate. Algunos estudios demuestran que la prematuridad aumenta las concentraciones de citoquinas proinflamatorias en la leche. Otros sugieren que la dieta materna podría ser más relevante.
Los ácidos grasos poliinsaturados de la dieta, como los omega-3 y 6 (n-3 y n-6), presentes en frutos secos y pescados azules, pueden regular la inflamación. Se ha demostrado que una dieta materna pobre en n-3 disminuye las citoquinas antiinflamatorias de la leche, pero no todos los estudios corroboran esta relación.
Influencia de la dieta y el parto prematuro
En el estudio de la UAM, se examinaron los niveles de citoquinas en la leche materna, cómo cambian durante el primer mes de lactancia y la influencia de la prematuridad y la dieta materna.
Se analizaron las citoquinas IL-10, IL-13, IL-8, TNFα y MCP-1 en la leche de 51 mujeres usando electro-quimioluminiscencia con un equipo MSD. Se registró su alimentación y se obtuvo su perfil nutricional, incluyendo energía, consumo de macronutrientes, micronutrientes, minerales y agua. Y se recogieron todas las variables en dos puntos: a los días 7 y 28 de lactancia.
Los resultados más relevantes mostraron que durante el primer mes de lactancia, la leche materna cambia hacia un perfil de citoquinas antiinflamatorio. Entre los factores del recién nacido, la presencia de morbilidades inflamatorias y la prematuridad aumentaron los niveles de citoquinas proinflamatorias en la leche.
Sin embargo, un análisis estadístico más detallado reveló que estos factores neonatales no influyen directamente en este incremento. En cuanto a los factores maternos, las mujeres que disminuyeron su Índice Inflamatorio de la Dieta (IID) durante la lactancia tendían a mejorar el perfil antiinflamatorio de su leche.
En definitiva, los principales factores que afectan el contenido de citoquinas en la leche materna son el periodo de lactancia, la prematuridad y la dieta materna. Un parto prematuro o por cesárea eleva los niveles de citoquinas proinflamatorias.
Este estudio destaca la utilidad del IID materno para determinar la influencia de la dieta en el perfil inflamatorio de la leche. Los resultados respaldan la importancia del asesoramiento nutricional para las mujeres durante la lactancia, especialmente en aquellas que han tenido partos prematuros o cesáreas.
Foto: diagrama de la presencia de citoquinas. Autores: David Ramiro y Silvia Arribas.