«Hecho para tirar». Bajo este lema, este viernes, coincidiendo con el Black Friday, activistas de Greenpeace han plantado cuatro montañas de residuos, con varios metros de altura, en plena plaza de Callao de Madrid.
Y lo han hecho para denunciar «el despilfarro de recursos planetarios causado por las empresas que promueven este modelo de consumismo desorbitado». Se trata de varias montañas de residuos característicos del Black Friday: ropa, electrodomésticos, electrónica y embalajes de comercio electrónico.
Exponen que «el disparate del Black Friday llega a multiplicar por seis las emisiones de CO2 en zonas comerciales. Solo las devoluciones del comercio electrónico en EEUU emiten 15 millones de toneladas de CO2». «El Black Friday y otras ‘fiestas’ puramente consumistas enriquecen a algunas empresas a costa del planeta, la salud y los derechos de las personas trabajadoras», han expuesto.
En los últimos años, subrayan, la producción de ropa se ha duplicado, mientras que su vida útil es cada vez menor. «Ropa hecha para tirar, sin pensar en las consecuencias medioambientales ni tampoco en las socioeconómicas. Un modelo de producción y de (hiper)consumo que no beneficia ni a las personas ni mucho menos al planeta».
Dos horas después de iniciarse la acción, y con la ayuda de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, agentes de la Policía Nacional y de la Policía Municipal de Madrid han desalojado a los activistas y han tirado abajo las cuatro montañas de residuos.