La Sección 17ª de la Audiencia Provincial de Madrid juzga desde este martes, 22 de noviembre, a A. A. R., un «estafador del amor», por sendos delitos continuados de estafa y hurto. El acusado se hacía pasar ante sus víctimas como un “hombre de categoría” para que les prestara dinero o bien para entrar en sus casas y robar sus joyas.
La Fiscalía Provincial de Madrid solicita cuatro años y seis meses de prisión para él. El escrito de acusación señala que en 2018 A. A. R. entabló una relación de amistad con A. M. A. S. a través de la red social “Badoo” y que, “aprovechándose de la necesidad de compañía de la misma y haciéndose pasar por hombre de categoría, con dinero y contactos”, le manifestó que poseía una finca con caballos en Sevilla y que pertenecía al Partido Popular, teniendo relación con dirigentes del mismo.
Con esta carta de presentación la mujer accedió a comprar el vehículo del acusado por un importe de 5.500 euros. Días más tarde, el hombre le convenció para que le entregara otros 8.500 euros con la promesa de devolvérselos para adquirir un coche de alta gama. El mismo día que la mujer acudió al banco para sacar el dinero en efectivo que nunca le devolvió, ambos se vieron posteriormente en el domicilio de la víctima donde A. A. R. le persuadió también para que le dejara tres relojes y un collar de cuernos de jabalí con la excusa de repararlos y donde, además, aprovechó para sustraerle de su joyero una cadena dorada con colgante y dos anillos.
La mujer consiguió recuperar la cadena dorada con colgante pero no el collar de cuernos de jabalí y dos anillos. Por ello, la perjudicada reclama el importe del dinero defraudado que asciende a la cantidad de 14.000 euros, no así el importe de las joyas desaparecidas que no han podido ser tasadas pericialmente.
Casi de forma simultánea, el acusado inició una relación sentimental con M .B. G. F. a quien hizo creer que era “un hombre de categoría, con dinero y contactos”, al identificarse como un capitán de la Guardia Civil retirado que poseía fincas, caballos y amistades de “alto prestigio”. Una vez ganada su confianza, primero le pidió 3.000 euros para la compra de unas sillas de montar, un dinero que se vio obligado a devolver ante la insistencia de su pareja.
Días más tarde le solicitó otros 3.500 euros por una oportunidad de inversión, un dinero que accedió a prestarle a condición de que se lo devolviera. El 15 de junio le organizó una fiesta de cumpleaños en un hotel de Madrid donde le llegó a pedir matrimonio. La factura del evento ascendió a 2.810 euros que tuvo que pagar la mujer “al no haberse hecho cargo de la misma el acusado pese a que se comprometió a ello”.
El hombre aprovechó también la relación sentimental para llevarse una sortija con topacio que la mujer tenía en su domicilio de Madrid, con la excusa de hacer una réplica, y dos pulseras de oro para hacer, según dijo, una medalla grande. Además, dado que tenía llaves de la vivienda, sustrajo del joyero de su prometida una sortija de oro con rubíes y diamantes.
La mujer reclama a A. A. R. al acusado 13.690 euros desglosados de la siguiente manera: 3.500 euros por el préstamo para una inversión; 2.810 euros por el importe de la fiesta en la que le pidió matrimonio; 5.580 euros por las joyas no devueltas y otros 1.800 por la sortija de oro y diamantes sustraída de su domicilio.