Con la espectacular subida de los precios de los carburantes, se está registrando en algunos barrios de Madrid un repunte de casos de robo de gasolina de los depósitos de vehículos de particulares aparcados en la calle, aunque los cacos también se centran en vehículos de reparto, por tener mayor cantidad de gasolina almacenada por sus recorridos diarios.
Numerosos de estos casos se concentran en las últimas semanas en Villaverde Alto. Los conductores, al acudir a coger sus coches, se encuentran con que han roto la tapa de repostaje, han destrozado con una especie de taladro o han forzado el tapón de acceso y finalmente les han vaciado el depósito empleando una manguera, una bomba de extracción manual y una garrafa para almacenar la gasolina o el diésel.
Sin embargo, hay vehículos equipados con bloqueo en la tapa del combustible, válvulas de retención que evitan que el combustible suba o pantallas que impiden que una manguera llegue al tanque. Por ello, y para desgracia del propietario del vehículo, los cacos directamente perforan el depósito.
Más allá del coste de la gasolina sustraída, lo que realmente ocasiona perjuicio a los propietarios es el precio por la reparación de los daños sufridos en sus vehículos, que pueden rondar hasta los 700 euros en caso de perforación del depósito, más aún si el seguro que tienen está a «terceros» y no «a todo riesgo».
Aunque desde las autoridades desvelan que sí se están produciendo este tipo de acciones, puntualizan que ya tenían lugar antes de la escalada de precios, pero no en tanta cantidad. Ahora se trata de un «negocio» mucho más rentable.