La Comunidad de Madrid invita a conocer el castillo de Manzanares El Real con una serie de exhibiciones de combates medievales en las que se reproducen fielmente estas pugnas históricas. Se desarrollarán los días 5 y 11 de septiembre y 16 y 17 de octubre, con dos pases al día y entrada gratuita, previa reserva.
El palenque del jardín del Castillo de Manzanares El Real se transformará durante cuatro días en un singular recinto donde se reproducirán fielmente estos combates, en los que participarán varios luchadores y un árbitro, armados y vestidos según la época, y contarán con un presentador que irá explicando los diferentes tipos de combates, duelos y armas.
Este tipo de enfrentamientos medievales constan de cinco modalidades distintas: duelo entre dos caballeros; lucha de cinco contra cinco; diez contra diez; dieciséis contra dieciséis y veintiuno contra veintiuno. En las exhibiciones del castillo de Manzanares El Real podrá disfrutarse de las tres primeras modalidades.
Hoy en día esta práctica, también conocida como Historical Medieval Battles (HMB), es considerada un deporte de contacto y, en Madrid, su club principal es Ursus Custodes. Los integrantes de este club son los encargados de realizar estas exhibiciones en el Castillo, recreando con estricto rigor histórico las armas, equipamiento y código de honor de la época. Unas exhibiciones cuyas reglas de juego están basadas en tratados históricos de torneo a pie, como el tratado de René I d’Anjou, del siglo XV o el Doctrinal de caballeros de Alonso de Cartagena, publicado en Burgos en 1487.
Las exhibiciones cuentan con un gran protocolo de seguridad: a pesar de su espectacularidad y de que los sonidos de la lucha trasladan a las cruentas batallas medievales. En este sentido, se trata de una actividad en la que los luchadores están bien protegidos y las armas no cuentan con filo ni aristas.
Sobre el Castillo de Manzanares El Real
El Castillo de Manzanares El Real es el palacio mejor conservado de la región. La construcción la inició el I Duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, en el siglo XV, y la finalizó su hijo, Íñigo López de Mendoza, que incorporó al arquitecto Juan Guas, uno de los máximos representantes del gótico tardío en Castilla y arquitecto de los Reyes Católicos.
Este edificio es la plasmación arquitectónica de una sociedad a caballo entre dos épocas, la caballeresca medieval con sus elementos defensivos como el antemuro o la entrada acodada, y la renacentista humanista con sus grandes salones, fachadas decoradas y magníficos miradores, más propio de un palacio.
En definitiva, una de las joyas del patrimonio madrileño que, además, cuenta con un huerto de plantas medicinales e industriales, espacios ajardinados, un laberinto y un palenque, así como con una amplia programación de actividades como visitas guiadas, talleres infantiles o representaciones teatralizadas.