Las tarjetas de débito de los clientes procedentes de Bankia dejarán de ser gratuitas a partir del 1 de enero del 2022, fecha fijada por CaixaBank (entidad que ha absorbido a Bankia) para comenzar a cobrar el mantenimiento.
Y no será barato: CaixaBank ha anunciado que cobrará 36 euros en costes de mantenimiento al año, aunque hay una forma algo intrincada de evitar que se nos cobre. La solución pasa por contratar la tarjeta de crédito ‘MyCard’ de CaixaBank, una tarjeta de crédito con similitudes con una tarjeta de débito y que permite liquidar los pagos con la frecuencia que el cliente elija, dependiendo de las condiciones que tenga el cliente en el programa ‘Día a Día’ del banco.
Además de disponer de ‘MyCard’, CaixaBank exige otras condiciones para eximirse del pago de comisiones por las tarjetas de débito procedentes de Bankia. Una de ellas es cumplir una de estas tres clausulas: o bien domiciliar una nómina/ingresar más de 600 euros al mes o 6.000 al año; contar con una pensión de más de 300 euros al mes; o mantener un saldo superior en fondos de inversión, carteras, seguros de ahorro o planes de pensiones.
Una vez que se cumpla una de esas tres condiciones, se deberá también domiciliar tres o más recibos o realizar cada trimestre un mínimo de tres compras con tarjeta. En el caso de que no se cumpla esta última condición, ‘Día a Día’ tiene un coste trimestral de 15 euros.
Una pequeña excepción al cobro de mantenimiento por tarjetas de débito de Bankia será para aquellos clientes que a partir de octubre de 2021 cumplan con los requisitos del actual programa ‘Por ser tú’, aplazándose el cobro de dichos 36 euros a junio de 2022.
En cuanto al cambio de tarjetas, los clientes procedentes de Bankia no necesitarán hacerse con una nueva y podrán seguir operando con la suya de débito como antes, también en oficinas y cajeros de CaixaBank. Esta será cambiada automáticamente cuando caduque.