Recibe el alta de UCI una paciente COVID a la que se tuvo que hacer una cesárea urgente

Gacetín Madrid

María es una paciente que ingresó embarazada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital General Universitario Gregorio Marañón debido a las complicaciones derivadas de la infección por COVID-19, frente a la que no estaba vacunada.

Los médicos decidieron realizarle una cesárea urgente en la semana 31 de gestación debido al empeoramiento de su estado de salud y con el objetivo de garantizar el bienestar de la madre y de su bebé. La paciente ha recibido ya el alta en UCI y ha podido abrazar a su hija, que está ingresada en la Unidad de Cuidados Intermedios Neonatales del Marañón.

“Estaba muy cansada, con tos y fatiga, luego empezó la fiebre. Aunque me había cuidado mucho, di positivo en COVID-19. Al principio me dijeron que me quedara en casa, pero luego empeoré, me costaba hablar, no podía respirar bien. Fui a urgencias del Hospital Gregorio Marañón y me ingresaron por neumonía. Dos días después me dijeron que lo más seguro para mí y para mi bebé era que me trasladaran a la UCI. Lo pasé mal, tuve miedo al ver que no mejoraba y cuando me indicaron que tenían que realizarme una cesárea urgente en la semana 31 de mi embarazo, sólo pude llorar. Los médicos me dijeron que iba a estar en las mejores manos y me siento afortunada de contar la historia y de que mi bebé y yo estemos bien. Recomiendo a todas las embarazadas la vacunación porque no le recomiendo esta situación a nadie” afirma María, después de haber salido de la UCI y conocer a su hija Valeria.

La situación en el momento actual de la pandemia se ha traducido en un aumento de la incidencia de infección por SARS-COV-2 en las embarazadas, con un incremento de las hospitalizaciones e ingresos en UCI. “Está claro que el embarazo es una situación de riesgo para padecer un COVID grave. Estos últimos meses nos hemos visto obligados a finalizar de forma prematura muchos embarazos dado el estado grave de las pacientes y la inestabilidad desde un punto de vista respiratorio” indica Virginia Ortega, ginecóloga que realizó la cesárea urgente de María.

“Valeria es una prematura de 31 semanas y la verdad es que no ha tenido muchas complicaciones. Nació bastante bien, en estos primeros días sí ha necesitado oxígeno y todavía precisa una sonda para comer, pero la evolución está siendo buena y ya ha empezado a ganar un poquito de peso. Sin embargo, estamos teniendo casos de prematuros en edades gestacionales inferiores que, obviamente, tienen más complicaciones ya que su prematuridad es muy importante, incluso por debajo de la semana 28” comenta Noelia González, neonatóloga que atiende a la hija de María en la Unidad de Cuidados Intermedios Neonatales.

Después de la cesárea urgente, María pudo ver a su hija Valeria unos minutos y luego volvió a la UCI para que pudieran seguir tratándola de la infección por COVID-19. Allí estaba esperándola la enfermera, Marta Jover, que la atendió durante los días que permaneció en esta unidad. “El manejo de una paciente embarazada con COVID en una UCI es complicado, sobre todo a nivel emocional. Para ellas es difícil, vienen con mucho miedo, tienen doble preocupación. Casi todas se preocupan más de lo que les vaya a pasar a sus bebés. En el caso de María, ella tenía muchas ganas de abrazar a su bebé y lo pudo hacer tras su recuperación, pero no todas evolucionan bien. A las embarazadas las diría que se cuiden muchísimo”.

Recomendaciones frente al COVID-19 en mujeres embarazadas

Según Virginia Ortega “los resultados preliminares del registro epidemiológico realizado en Estados Unidos, en base a más de 36.000 mujeres embarazadas que recibieron vacunas ARNm, nos indican que los efectos secundarios en embarazadas son prácticamente iguales a los observados en la población general. Por este motivo, es muy importante que las mujeres estén completamente inmunizadas a finales del segundo trimestre y el tercer trimestre del embarazo, que es el periodo de máximo riesgo de complicaciones en caso de infección por COVID-19”.

En este sentido, en el marco del circuito prioritario establecido por la Consejería de Sanidad desde principios de agosto para facilitar la vacunación frente a COVID-19 de las embarazadas en nuestra región, el Hospital Gregorio Marañón está realizando una campaña de captación para mujeres gestantes que acuden a las consultas de seguimiento en el centro sanitario. El objetivo es fomentar la vacunación de las futuras madres y evitar así complicaciones durante el embarazo, especialmente si existen además otros factores de riesgo como pueden ser la obesidad, hipertensión arterial, diabetes o preeclampsia

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