Como no podía ser de otro modo, las progresivas subidas del precio de la electricidad, el butano y los carburantes se han traducido en un significativo incremento del IPC en lo que va de este año 2021, especialmente en las partidas de transporte (7,9%) y vivienda (7,3%), tal y como publica el Instituto Nacional de Estadística.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia que estas subidas del coste de la energía están empezando a afectar también a la producción y el transporte de productos de alimentación: desde enero de 2021, el IPC de los alimentos y bebidas no alcohólicas se ha incrementado un 1,5%. Un dato preocupante por cuanto afecta directamente a las economías más vulnerables; y más ahora cuando el 45% de los hogares ha sufrido una pérdida de ingresos durante el año pasado, según una reciente encuesta sobre el índice de solvencia familiar realizado por la organización.
En concreto, las partidas que más han subido son los aceites y las grasas (20%), el agua mineral, los refrescos y los zumos (7,4%), la fruta fresca (4,6%), los huevos (3,5%) y la carne de ave (3,0%). Entre las pocas partidas que bajaron sus precios destacan las legumbres y hortalizas frescas (-1,3%) y el pescado, fresco y congelado (-1,2%).
OCU advierte que estas subidas no han afectado por igual a todas las regiones. Entre las que más han sufrido el incremento de precios destacan Galicia (2,3%), Cantabria (2,1%), Navarra (2,0%), además de Melilla (2,6%). Mientras que se ha sentido bastante menos en Canarias (0,6%) y La Rioja (0,9%), así como la ciudad de Ceuta (0,3%).
1 Actualizada:
Hay que echar ya a los ex-altos cargos de la Administración General del Estado de, los Consejos de Administración de las compañías energéticas.