Un 25% de los jóvenes menores de 24 años asegura que ha cobrado al menos parte de su sueldo de manera irregular o en «negro» en los últimos tres años, según un informe publicado este miércoles por la plataforma Infojobs.
El estudio, realizado a partir de 4.742 encuestas, revela también que la disposición a cobrar en negro aumenta conforme lo hace el nivel de paro del colectivo observado y la precariedad laboral, aunque también hay diferencias por edades, por género y por lugar geográfico. La aceptación a cobrar de manera ilegal, por ejemplo, es más alta entre los jóvenes, ya que un 40% de quienes tienen entre 16 y 24 años asegura que estaría dispuesto a ello, muy por encima del 14% del colectivo que se mueve entre los 45 y 65 años.
De hecho, solo un 8% de los perfiles que entran en esta última franja de edad asegura haber recibido parte de su salario de manera irregular en los últimos tres ejercicios. Entre los que recibieron salario en B en los últimos tres años también hay ligeras diferencias por género y proporción de la remuneración. Así, un 15% de mujeres han percibido más de la mitad de su salario en B, frente a un 7% de los hombres.
También hay notables variaciones en función de la región. El informe refleja que los andaluces son los españoles más dispuestos a cobrar en B (24%), algo que puede venir motivado, razona el estudio, por los altos niveles de desempleo de la comunidad. En el lado opuesto, de hecho, se sitúan el País Vasco y la Comunidad de Madrid, donde la predisposición a recibir parte del salario de forma irregular llega al 19% y al 20%, respectivamente.
“Esta radiografía refleja que el empleo, y la calidad de este, puede ser un factor determinante para luchar contra la economía sumergida”, tal y como explica Mónica Pérez, directora de comunicación y estudios de InfoJobs. “La apuesta a largo plazo por el empleo de calidad, la educación y formación, y el desarrollo de políticas públicas que beneficien a los colectivos más perjudicados por la pandemia, como los desempleados, jóvenes, autónomos o pymes, permitirá abandonar la precariedad laboral y consolidar la recuperación económica”, añade.
Las conclusiones que se extraen de este estudio por razones de género, edad, nivel educativo y categoría profesional son diferenciales, pero tal y como señalan desde Infojobs destaca un denominador común: «A más paro, mayor posibilidad de recibir ingresos ocultos. La predisposición a cobrar el salario en B es superior entre los desempleados, donde llega a un 35%».
También hay causas de fuerza mayor que llevan a los trabajadores a aceptar estas irregularidades. Así, del total, un 50% asegura que la empresa no le da otra opción. El segundo motivo, que cita un 29% de los encuestados, es la necesidad de completar su salario. En paralelo, un 12% apunta a no querer pagar «impuestos desproporcionados» y un 6% señala no querer perder la prestación por desempleo.
Formación y cargo
La posibilidad de cobrar parte del salario de forma irregular también varía en función del nivel formativo. Aquellos que cuentan con una formación no reglada están más dispuestos a percibir un salario en B (33%) que quienes que solo han cursado estudios básicos (28%). Asimismo, este porcentaje desciende hasta un 19% en aquellos profesionales con estudios universitarios o superiores.
Analizando la recepción real del salario en “negro”, el 16% de los encuestados con estudios no reglados afirma haber cobrado en negro una parte de sus ingresos en los últimos tres años. Un porcentaje que cae hasta la mitad en los trabajadores con formación superior.
Por categorías profesionales, reconoce Infojobs, «llama la atención el porcentaje de encuestados que ocupan cargos directivos y que apuntan estar abiertos a recibir una parte de su salario en B», en un 27% de los casos. A su vez, hasta un 14% de los encuestados en posiciones de liderazgo confirma haber cobrado este tipo de ingresos en los últimos tres años. El motivo principal que indican es que necesitan completar su salario (casi el 30% de ellos así lo afirma). «Un dato que vuelve a sorprender por ser un grupo que está arriba en la pirámide salarial».