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Almeida anuncia la plantación de 100.000 árboles para reparar los daños de Filomena

by Gacetín Madrid

«Madrid es una de las ciudades con más árboles de Europa y quiere seguir liderando ese ranking. A partir de otoño de este año, el Ayuntamiento plantará 100.000 nuevos árboles para enriquecer su patrimonio verde de manera equilibrada tras los estragos que causó Filomena». Así lo ha anunciado hoy el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, tras visitar el gran pulmón de la ciudad y escenario donde el temporal fue más devastador, la Casa de Campo.

En su visita ha podido comprobar las labores de limpieza, poda y desbroce que han realizado los servicios técnicos municipales durante los últimos meses sobre más de 1.000 hectáreas, trabajos que aún continuarán en algunas zonas hasta el mes de noviembre para subsanar la huella de la borrasca.

Acompañado por el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, Almeida ha dado a conocer en este parque histórico el Plan de Recuperación del Arbolado del Ayuntamiento de Madrid. Se trata de un decálogo de actuaciones que utilizarán de base las recomendaciones que el Consejo Asesor del Arbolado ha plasmado en su informe final, un documento que servirá de guía científica a los servicios municipales en todos los planes para el arbolado de la capital que se realicen a medio y largo plazo.

El alcalde ha comenzado su intervención mostrando “el profundo agradecimiento del Ayuntamiento de Madrid al Consejo Asesor del Arbolado, por el trabajo desarrollado durante todos estos meses”, que les ha llevado a unas conclusiones y recomendaciones que el Ayuntamiento acatará y que “trasladará tanto a los grupos municipales como al conjunto de la ciudadanía, para que, entre todos y con un esfuerzo colectivo, podamos seguir disfrutando de un Madrid mejor y seguir mejorando y construyendo una ciudad como Madrid”.

El 4,6% de los árboles de la ciudad, perdidos

El patrimonio arbóreo en conservación municipal cuenta con 1,74 millones de ejemplares de más de 500 especies distintas. Todos ellos se sitúan en unas 5.000 calles arboladas y más de 6.000 hectáreas de zonas verdes. Filomena causó daños en 800.000 ejemplares, el 46 % de su masa. De esta cifra, el 10 %, es decir, 80.000 (4,6 % del total) cayeron, han sido o tendrán que ser talados; la mayoría, más de 60.000, formaban parte de la Casa de Campo. Pese a que en los dos últimos años se han plantado 51.300 árboles, el tamaño e importancia de las pérdidas del temporal requiere una reforestación sustancial en el conjunto de la ciudad.

El regidor madrileño ha desgranado los detalles del plan que incluye, como primera actuación, la campaña de plantación más importante de la historia de la ciudad (1): 60.000 de los 100.000 ejemplares pertenecerán a proyectos de plantación forestal y 8.000 se enmarcarán en el plan de plantación anual. Además, como segunda medida, ha trasladado que se situarán nuevos árboles en los 20.000 alcorques vacíos de la capital (2).

Una nueva guía científica

El pasado 16 de abril, el Área de Medio Ambiente y Movilidad dio carta de naturaleza a la creación del Consejo Asesor del Arbolado, aprobada por unanimidad en el Pleno de febrero para orientar científicamente al Gobierno municipal en materia de protección, conservación y mejora del arbolado.

El documento del comité de expertos que hoy se ha presentado marca la senda para incrementar el número de árboles en la capital, su seguridad y adaptación a la ciudad. Entre sus conclusiones, destaca la labor de mantenimiento municipal sobre las zonas verdes, si bien señala que deben articularse “nuevas herramientas y protocolos que permitan actuar y adaptarse de manera rápida y eficaz ante eventos” como Filomena con el fin de evitar que los efectos “sean de gran magnitud”.

Más árboles con selección previa de la especie

Los profesionales aconsejan, en primer lugar, incrementar el número de árboles y la cobertura arbórea. A la hora de replantar, descartan una receta universal y abogan por seleccionar las especies más adecuadas para cada emplazamiento, teniendo en cuenta hasta una veintena de variables (dimensión, factores climáticos, resiliencia a plagas y enfermedades, criterios patrimoniales, culturales, medioambientales, sociales y económicos, tipo de suelo, etc.).

Los profesionales señalan que las especies más afectadas con Filomena fueron las del género Pinus Cupressus, así como otras coníferas y frondosas perennes descritas en el informe. Sin embargo, descartan dejar de plantarlas, como sugirieron algunas voces inicialmente. “Este tipo de especies genera una cantidad de servicios ecosistémicos importantes y durante todo el año captan contaminantes, secuestran CO2, regulan térmicamente las ciudades, ofrecen cobijo para especies de fauna y microfauna”, argumentan en el documento.

El Consejo Asesor renuncia a centrarse solo en especies autóctonas para la reforestación y aconseja conseguir una buena distribución de especies en el momento de su selección. “Cuanto mayor número, mejor”, señala, siempre que sean de características específicas que permitan la adaptación y desarrollo adecuado a las condiciones urbanas de la ciudad, garantizando la biodiversidad y un envejecimiento secuenciado del conjunto. Una adecuada selección, subraya, permitirá reducir las podas, ya que minimizar esta práctica resulta fundamental, pues supondrá también un importante ahorro económico a la ciudad.

Bajo estos criterios, el Ayuntamiento, ha dicho Almeida, va a desarrollar una nueva herramienta informática de apoyo a la toma de decisión de selección de especies (3). En concreto, esta nueva aplicación combinará todas las variables clave relacionadas con el lugar donde se va a plantar, así como de las propias especies.

Gestión planificada

El Consejo Asesor defiende establecer una gestión planificada de las zonas verdes en los diferentes contratos de conservación con planes directores de los principales parques, extensión del modelo de actuación de los protocolos ante fenómenos meteorológicos adversos y planificación del arbolado viario con el desarrollo de la ubicación de alcorques.

El alcalde ha avanzado, atendiendo a los criterios de los profesionales, que el actual Protocolo de actuación en El Retiro ante situaciones adversas se extenderá al resto de parques históricos (4), una medida que permitirá realizar labores de inspección más exhaustivas sobre el arbolado tras producirse fenómenos climatológicos extremos como fuertes vientos, heladas, sequía o altas temperaturas, labores que redundarán en una mejora de su mantenimiento.

Madrid también incorporará nuevas prestaciones sobre el arbolado viario en los futuros pliegos del Servicio de Revisión y Vigilancia del arbolado (SERVER) relacionadas con protocolos ante situaciones meteorológicas adversas relacionadas con viento y nieve (5) y diseñará, aprobará e implementará planes directores para la gestión de los parques históricos y singulares (6).

Optimización de los servicios ecosistémicos

El patrimonio arbóreo de la capital actúa como sumidero de carbono, retiene partículas contaminantes y agua de lluvia y mitiga el efecto de isla de calor. El Consejo Asesor apunta a que Madrid tiene potencial todavía para aumentar los valores de almacén y secuestro de carbono medios a medida que vayan creciendo y desarrollando los árboles jóvenes. Sugiere confeccionar unos pliegos específicos de condiciones, adecuándolos a los programas de actuación y a su complejidad técnica. Y así se llevará a cabo: todas las recomendaciones del informe se recogerán como obligatorias en los planes de gestión de los nuevos contratos de conservación, mantenimiento y limpieza de las zonas verdes (7).

El nuevo servicio que entrará en vigor este verano prevé, no obstante, que las nuevas plantaciones que se ejecuten se lleven a cabo con un arbolado de mayor diámetro para aumentar los servicios ecosistémicos y mejorar la imagen del viario.

Fragmentación ecológica y equilibrio verde

El informe del Consejo Asesor recoge la importancia de dotar de conectividad ecológica a las zonas verdes existentes y a las de nueva creación, desarrollando corredores ecológicos a lo largo de las infraestructuras artificiales que tiene la ciudad y las carreteras. Sugiere también dar respuesta al desequilibrio en la distribución de las zonas verdes y parques en los barrios, sobre todo en el interior de la M-30.

Por su parte, el Ayuntamiento se compromete a promover esta conectividad ecológica de forma que todas las zonas que tengan más de cinco hectáreas de superficie estén como mínimo unidas con otra zona verde de al menos igual tamaño (8). Esta iniciativa contribuirá a minimizar el aislamiento de las especies en situaciones meteorológicas excepcionales, que pueden llevar incluso a la desaparición parcial o total de algunas de ellas en algunas zonas.

En este sentido, Almeida ha informado de que el Plan de Fomento de la Biodiversidad Urbana que se está elaborando se configurará como el instrumento de gestión y transformación del concepto de ‘zona verde’ al ‘espacio ecológico urbano’ (9).

Más financiación y participación social

Los siete expertos señalan en su documento la importancia de la búsqueda de financiación externa por parte del Ayuntamiento para asegurar la viabilidad de la campaña de plantación y su mantenimiento posterior. En este sentido, reseñan la importancia de dar a conocer la contribución del arbolado al desarrollo económico y social y apuestan porque el plan de recuperación se convierta en un proyecto ciudadano donde todos sumen en el cuidado de las zonas verdes y las nuevas plantaciones.

Reclaman, además, incorporar la variable de la jardinería histórica con un estudio sobre la historia y las características de las plantaciones madrileñas, extrayendo conclusiones que contribuyan a conservar los valores estéticos y sociales que configura el paisaje urbano de la ciudad. También piden que se aplique la cultura forestal en parques forestales como la Casa de Campo. Es decir, los conocimientos de gestión y selvícolas para, en primer lugar, proteger las masas y, posteriormente, su conducción progresiva y continua hacia su estado clímax, conciliándolo con los criterios de usabilidad que poseen.

Para dar respuesta a sus demandas, Madrid establecerá una metodología específica que permita la valoración global de los ecosistemas verdes urbanos con el objetivo de conocer y poner en valor la contribución del arbolado y las zonas verdes al bienestar y al desarrollo económico y social (y 10).

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