Una decena de activistas de Greenpeace han sido detenidos por la Policía Municipal este sábado, 5 de junio, cuando llevaban a cabo una acción reivindicativa por el Día del Medio Ambiente para colocar una mascarilla anti contaminación sobre el rostro de la estatua de la diosa Cibeles, delante de la sede del Ayuntamiento de Madrid.
A primera hora de la mañana de este sábado activistas de Greenpeace han accedido al perímetro de la fuente que rodea la estatua de la diosa Cibeles, en pleno centro de Madrid, para cubrir la nariz y la boca de la escultura con una mascarilla antipolución. Al mismo tiempo, otro equipo de escalada ha ascendido a dos farolas próximas para desplegar una pancarta de más de 50 m2 con el lema “CIUDADES VERDES, PLANETA SANO”.
Según exponen los ecologistas, las ciudades albergan actualmente al 55% de la población mundial, pero generan el 70% de las emisiones globales, y consumen dos tercios de los recursos y la energía del planeta. «Es por ello que las ciudades son fundamentales para frenar la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad», inciden.
«Es urgente reinventar las ciudades para las personas y para no sobrepasar el aumento global de temperaturas en 1.5°C, tal como se firmó en el acuerdo de París. Esto requiere transformar su movilidad, alimentación, espacios públicos y verdes, consumo de energía y eficiencia energética, generación de residuos, y consumismo», señalan desde Greenpeace.
Un informe de Greenpeace, publicado esta misma semana, pone de relieve «la importancia de estas zonas verdes y espacios disfrutables para mejorar la salud y el bienestar de las personas, con un amplio análisis de los beneficios que conllevan, desde mejoras en el desarrollo cognitivo de niñas y niños hasta menores tiempos de hospitalización y recuperación, pasando por embarazos con menos complicaciones o reducción del riesgo de afección por enfermedades no transmisibles».
En el caso de Madrid, una de las cuatro grandes capitales internacionales analizadas en el informe, se observa que la capital sigue lejos de la superficie óptima de 50m2 por habitante que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que solo tiene 21m2 por habitante actualmente aunque está por encima de lo aceptable (9m2 es lo mínimo y 15 m2 se considera ‘adecuado’). Sin embargo, esas zonas no están distribuidas equitativamente en la ciudad y se concentran en grandes parques como El Pardo o La Casa de Campo, que sólo están cerca de una pequeña parte de la población.
Para que sean accesibles para todas las personas, otra de las recomendaciones lanzadas en el informe es la de aspirar a tener ciudades que cumplan la regla 3-30-300: ver al menos 3 árboles desde la ventana; tener al menos un 30% de superficie verde en cada barrio; y disponer de una zona verde de buena calidad a menos de 300 metros del domicilio.