La Comunidad de Madrid recuerda, con motivo de la celebración de la festividad de San Isidro, sus tradiciones más populares, mostrando una selección de documentos textuales y fotográficos de los distintos fondos conservados en el Archivo Regional, que pueden ser consultados en su Portal de Archivos y Documentos.
Los fondos fotográficos de Martín Santos Yubero y Cristóbal Portillo, así como la Colección Postales de Madrid, acercan a las celebraciones más populares en honor a San Isidro Labrador a través de imágenes que se remontan a comienzos del siglo XX y hasta los años 70. Todo un despliegue de costumbres y tradiciones que giran en torno a la relación que existe entre San Isidro, la agricultura y el agua
Entre ellas se puede ver la famosa Pradera de San Isidro, convertida en epicentro de la celebración, con miles de madrileños que se acercan en procesión hasta la ermita del Santo. En sus inmediaciones se encuentran chulapos y chulapas que lucen palmito junto a los tiovivos de la verbena, familias enteras acampadas disfrutando de ricas viandas y paseantes que recorren los puestos de botijos o que degustan las tradicionales rosquillas: tontas, listas, francesas y de Santa Clara.
También resultan significativas las fotografías relacionadas directamente con la figura del Santo: las procesiones por las calles de Madrid; las ofrendas de frutos y corderos; misas en la Pradera; o la que muestra el propio cuerpo incorrupto de San Isidro, en una instantánea tomada en 1972, cuyo arca se abrió de forma excepcional con ocasión del octavo centenario de su fallecimiento.
La fuente de la Ermita del Santo presenta curiosas imágenes entre las que se ve a los madrileños recibir el agua milagrosa en un organizado reparto. En otras, se observa la lápida ubicada sobre el caño en la que, junto a versos de Lope de Vega y de Miguel Botello, se lee una inscripción en la que se aseguran las propiedades curativas del agua que mana de ella y algunos de sus milagros. Los más pequeños también disfrutan de este agua bebiendo de los tradicionales botijos, haciendo alarde de su destreza en el uso del mismo.
La celebración más popular de la fiesta trae el grupo de imágenes más variopinto entre las que se encuentra la pregonera de las fiestas de 1971, que en aquella ocasión fue Natalia Figueroa. A sus pies, en la Plaza Mayor, un pasacalles de los tradicionales gigantes y cabezudos ofrece otro de los momentos más característicos de esta celebración, así como los bailes regionales.
La feria taurina más importante del mundo
Los fondos del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid testimonian uno de los aspectos más importantes de esta festividad madrileña: la Feria Taurina de San Isidro. Se encuentran, así, imágenes con las grandes faenas de los Dominguines, ‘El Litri’, Antoñete, Ordóñez o ‘Parrita’. Junto a ellas, se ve a unos jóvenes Príncipes de Mónaco, en una instantánea de 1959, visitando el tentadero del Batán, donde se guardaban las reses que se lidiarían durante el festejo.
También hay curiosidades como la imagen que muestra una pequeña manifestación por la supresión de una corrida en 1936, asunto que tuvo su origen en un conflicto surgido entre toreros españoles y mejicanos, motivada por la exigencia de que los segundos tuviesen carta de trabajo para torear en las plazas españolas.
Lalanda (famoso torero español de la época) exigió a Armillita (su homónimo mejicano) que presentase el permiso, cosa que éste no pudo hacer ya que tenía uno provisional. Las cuadrillas de los toreros españoles se negaron a participar en la corrida, por lo que el festejo fue suspendido, provocando esta manifestación de unas 200 personas, que se pueden ver en las imágenes custodiadas por la Comunidad de Madrid.
Donativos, adornos, días festivos y problemas económicos
Por su parte, los documentos que ofrece el Archivo Regional, fechados todos en los años 40 y 50, y pertenecientes al Fondo Diputación Provincial de Madrid, dan buena cuenta de aspectos muy curiosos de esta celebración. Por ejemplo, hay un documento fechado en 1940 que muestra lo que la Diputación Provincial de Madrid tuvo que pagar a la Real Fábrica de Tapices por los jornales, material y portes empleados para el adorno de la plaza de toros de Las Ventas con motivo de las fiestas de San Isidro, que ascendió a 900 pesetas.
Una muestra de la estrecha relación de San Isidro con la agricultura queda patente en otro documento, de 1954, que lleva hasta el vecino municipio de Aranjuez. Se trata del programa de fiestas organizado por la Hermandad Sindical Local del Campo de esta localidad que especifica que, al haberse declarado el 15 de mayo día festivo para la agricultura, será un día abonable y no recuperable para los trabajadores del sector, por lo que aquellas personas que tuvieran la imprescindible necesidad de realizar algún trabajo en la mañana de ese día deberían tener una autorización del jefe de la Hermandad.
Los problemas económicos y políticos de la posguerra también afectaron a las fiestas de San Isidro, tal y como demuestra un documento de 1942 que evidencia las diferencias de opinión entre el Ayuntamiento de la capital y la Diputación Provincial de Madrid. El primero solicita a la segunda que aporte iniciativas para las fiestas de San Isidro, pero un responsable de la segunda considera que las circunstancias del momento imponen una austeridad incompatible con la celebración de las fiestas.
Dentro de esta política de contención del gasto, existe otro documento de 1942, que detalla cómo la Diputación Provincial de Madrid concede a la Real e Ilustre Congregación de Naturales de Madrid un donativo como contribución a los cultos en honor a San Isidro, que habrían de celebrarse con motivo de su festividad. Resulta curioso que la petición inicial del donativo por parte de la Congregación era de 1.000 pesetas, cantidad que se rebaja a 250.
Se puede realizar la visita virtual a la muestra en este enlace.