La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M alerta de la próxima prescripción de los atentados y los autores intelectuales «quedarán impunes»

Gacetín Madrid

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La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M ha querido aprovechar el 17º aniversario del cruel atentado yihadista de aquel 11 de marzo del 2004 para llamar la atención a la sociedad y a las instituciones públicas sobre «el peligro que supone la prescripción de un hecho como este». «Y no cejará en su empeño hasta conseguir evitarla», advierte.

Si nada cambia en las leyes, dentro de tres años los autores intelectuales y quienes diseñaron y financiaron íntegramente el operativo del atentado yihadista quedarán impunes, y la Asociación, capitaneada por su nueva presidenta Dori Majali, quiere llamar la atención sobre este hecho y concienciar a la sociedad.

La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M se define como una asociación apolítica, desvinculada de cualquier tipo de ideología, totalmente independiente y sin ánimo de lucro creada en 2004. Está presidida desde diciembre por Dori Majali y tiene como objetivos fundamentales la tutela de ayuda de toda índole a las víctimas del 11-M, el esclarecimiento de los hechos, el desarrollo de programas para la inserción social de las víctimas y la sensibilización y concienciación social frente al terrorismo.

Contra la prescripción

Desde la Asociación inciden en que se desconoce quiénes fueron los autores intelectuales del atentado yihadista que acabó con la vida de 193 personas y produjo alrededor de 2.000 víctimas, así como muchos otros detalles de aquel crimen. «Si nada cambia, dentro de tres años, el 11 de marzo de 2024, los crímenes cometidos quedarán prescritos y, sus responsables, libres de cualquier tipo de pena», insisten.

Lo que la Asociación quiere evitar, logrando la no prescripción del atentado, es lo que ya ha ocurrido y ocurre con otros sucesos. «No sería la primera ni será la única vez en que, tras la impunidad que una prescripción ofrece, los terroristas alzasen la voz y declarasen haber sido los autores de un atentado, como un modo de lograr al fin, tras años de silencio, el reconocimiento que buscaban al cometer su crimen. La medalla tantos años anhelada», explican.

En palabras de su presidenta, Dori Majali, “el terrorismo es un ataque directo contra toda la sociedad. Su objetivo fundamental es destruir las bases sobre las que se sustenta el Estado de Derecho, en forma de violación directa del orden establecido; por lo tanto, cada individuo es víctima. En los trenes no estábamos todos, pero podía haber estado cualquiera».

«Si se permite que los atentados del 11 de marzo prescriban, se permitirá la impunidad de los culpables que aún no han sido reconocidos ni juzgados. Supone la indefensión de las víctimas, un proceso de
duelo no cerrado y un mensaje muy claro a la sociedad: puede volver a pasar, a cualquiera, porque no hay consecuencia penal”, subraya Majali.

Superar el duelo

Conocer la autoría de aquello que nos convierte en víctimas es una de las claves para superar el duelo, como lo demuestran numerosos estudios psicológicos al respecto. Así lo explican las psicólogas María Lucila Pelento y Julia Braun de Dunayevich: las víctimas necesitan “una reestructuración que se facilita cuando opera la justicia y se da apoyo del Estado como protector o defensor ante lo ocurrido. Si esto no ocurre, buscan por su propia cuenta conocer lo sucedido. De esta forma, el proceso de duelo se alarga y en muchas ocasiones no se finaliza. Es
por ello que el conocimiento de toda la verdad y de quiénes son los culpables es esencial en el proceso de duelo”.

«La no prescripción protege a la sociedad»

Lograr que el 11-M no prescriba, que todos los culpables de aquellos crímenes paguen por ello, «no solo ayuda a las víctimas a reconstruir su vida, sino que protege a toda la sociedad», inciden. Tras aquel 11 de marzo de 2004, cuando sufrimos el mayor atentado de la historia de España, la sociedad se echó a las calles y se manifestó por empatía con las víctimas y por su sensación de vulnerabilidad: la ciudadanía fue plenamente consciente de que aquello pudo pasarle a cualquier persona camino del trabajo. La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M quiere hacernos recordar que, «mientras siga sin conocerse ni juzgarse a todos los culpables del atentado, todos estamos en peligro».

«Un atentado terrorista es algo más que la acción voluntaria de herir gravemente o asesinar a alguien. El terrorismo atenta no solo contra la vida y dignidad de la persona; es, además y sobre todo, un ataque directo contra toda la sociedad. Su objetivo fundamental es destruir las bases sobre las que se sustenta el Estado de Derecho, en forma de violación directa del orden establecido, y por lo tanto, cada individuo es víctima de la lacra terrorista», apuntan.

Además, la Asociación quiere destacar que la prescripción de un atentado como el del 11-M «facilita la radicalización yihadista que siguen experimentando cada día jóvenes y adultos en todo el mundo. ¿Qué mayor aliciente para un futuro terrorista que comprobar que es posible provocar la muerte de 193 personas y quedar impune?».

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