- La campaña tendrá una duración de un mes, prorrogable en función de las condiciones meteorológicas.
- Se actuará en 17.000 olmos de los 21 distritos de Madrid.
- Es un insecto molesto para la ciudadanía pero no es peligroso ni causa daño alguno a la salud.
El Ayuntamiento de Madrid da el pistoletazo de salida este lunes a la campaña de control de la galeruca en la ciudad. El delegado del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha comprobado esta mañana en la cuesta de Moyano cómo se procede a aplicar el tratamiento, que este año cuenta con un presupuesto de 500.000 euros y se aplicará a más de 17.000 olmos.
El método de la endoterapia comenzó a practicarse el año pasado para evitar las fumigaciones. Consiste en realizar unos pequeños taladros en el tronco para inyectar un insecticida que se incorpora directamente a la savia del árbol y después asciende hasta las hojas. Cuando los adultos y las larvas se alimentan de estas hojas mueren y se controla la plaga.
La campaña tendrá una duración de un mes, prorrogable según las condiciones meteorológicas, actuando de forma homogénea por toda la ciudad, si bien algunos distritos como Moncloa-Aravaca, Moratalaz, Ciudad Lineal, Puente de Vallecas y Villaverde se verán reforzados al presentar mayor población de olmos.
Daños vegetativos en los olmos
La ciudad de Madrid cuenta con más de70.000 olmos siberianos en sus calles y zonas verdes. El año pasado se actuó sobre 17.080 ejemplares para lo que se invirtieron cerca de 505.000 euros.
La galeruca del olmo (Xanthogaleruca luteola) ha incrementado considerablemente su presencia en la ciudad de Madrid desde el año 2013, ocasionando importantes daños vegetativos y provocando muchas molestias en la ciudadanía. Aunque es un insecto molesto y desagradable, no es peligroso para la salud humana ni transmite enfermedades.
Se trata de un escarabajo o coleóptero de color verde amarillento y de 6 a 8 milímetros de longitud que se alimenta de las hojas del olmo, tanto las larvas como los ejemplares adultos.
Hiberna desde octubre a marzo y en primavera salen los adultos para alimentarse y reproducirse. No provocan la muerte del árbol pero sí lo debilitan y facilitan el ataque de otras enfermedades como la grafiosis en el olmo común, producida por un hongo.