El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid creó el pasado miércoles un grupo de expertos encabezado por la Consejería de Sanidad para diseñar la desescalada específica de la Comunidad de Madrid y «ofrecer las máximas garantías a la vuelta de la actividad económica, educativa y cultural durante las próximas semanas».
Ante ello, este comité específico ha creado un documento inicial con las medidas de cara a esta desescalada que ha sido remitido a todas las consejerías del Ejecutivo regional. «Desde la Consejería de Sanidad estamos definiendo las distintas fases de desescalado, en base a dos fines fundamentales: proteger la salud de los ciudadanos y reducir el riesgo de nuevos brotes de COVID-19», se indica.
Uno de los aspectos que contempla dicho documento es cómo afectará dicha desescalada a los locales de hostelería y restauración, con una estrategia que señala el establecimiento de un aforo máximo para garantizar el distanciamiento social mínimo, la instalación de mamparas de metacrilato para proteger a unos comensales de otros y unos horarios restringidos de apertura con el fin de evitar al máximo un posible rebrote.
También se menciona en este borrador inicial los protocolos que establecen una obligatoria limpieza y desinfección de los locales y el uso de materiales de protección para los trabajadores de la hostelería y restauración.
En cuanto al comercio, se establecen los mismos criterios de aforo máximo y horarios restringidos de apertura, aunque en este caso se plantea una apertura «escalonada» que dará comienzo con los establecimientos más pequeños. También se aprecian las mismas normas para limpieza y desinfección de los locales y la protección de sus empleados.
En cuanto a la materia laboral general, se determina el fomento prioritario del teletrabajo y la aplicación de restricciones en los horarios con el fin de evitar las aglomeraciones en horas punta.
Medios de transporte
En cuanto al uso de medios de transporte, el documento redactado por la Comunidad de Madrid considera de «especial importancia» al transporte público ante su «impacto» en la transmisión del coronavirus y por ello reclama establecer un plan de adaptación específico.
Para ello se incrementarán las frecuencias de paso con el fin de minimizar las aglomeraciones de pasajeros tanto en autobuses y trenes como en andenes y paradas. Además se establecen recomendaciones a la ciudadanía para que usen su vehículo particular «cuando sea posible», evitando así los posibles contagios en medios de transporte. También se indica el fomento de la bicicleta.
Se hará obligatorio el uso de mascarilla en el transporte público, se crearán protocolos para intensificar la limpieza y desinfección de trenes y autobuses y se establecerán medidas de protección para los trabajadores según determinen los servicios de Prevención de Riesgos Laborales.
El propio consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, indicó la semana pasada que el transporte público madrileño tan solo podrá acoger en el futuro a 3 de cada 10 viajeros a los que llevaba antes de la crisis del coronavirus COVID-19.
«En la Comunidad de Madrid ya estamos trabajando en cómo va a tener que afrontar el transporte público los primeros meses tras el fin del confinamiento en eso que se está llamando la desescalada», indicó Garrido en declaraciones enviadas a los medios de comunicación, incidiendo en que el uso del transporte público de viajeros «deberá limitarse a la movilidad imprescindible y estrictamente necesaria, principalmente por motivos laborales o por necesidad médica».
Según explicó Garrido «para poder garantizar la movilidad a los madrileños con seguridad y minimizar riesgos va a haber que impulsar un cambio en la cultura del viaje» porque viajar en transporte público «al menos a corto plazo, no va a ser lo mismo».
«Para garantizar la distancia de seguridad que recomiendan las autoridades sanitarias y aun con el cien por cien de nuestros recursos de transporte público solo podremos transportar a 3 de cada 10 viajeros de los existentes antes de la crisis», dijo el consejero.
Es decir, que el uso del transporte público «deberá limitarse a la movilidad imprescindible y estrictamente necesaria, principalmente por motivos laborales o por necesidades médica».
En sus declaraciones Garrido apuntó que este uso del transporte público se deberá hacer «con medidas que han llegado para quedarse durante un tiempo», subrayando que «se hace imprescindible el uso de la mascarilla en el transporte público, habrá que mantener el distanciamiento personal, seguirán las limitaciones de aforo en los vehículos o el bloqueo de asientos que no van a poder utilizarse en nuestros autobuses».
«Vamos a seguir recomendando el uso del transporte público solo cuando sea estrictamente necesario y habrá que facilitar otras alternativas como el propio vehículo privado o, para trayectos cortos, la bicicleta o el recorrido a pie, y en general administraciones públicas y empresas tendremos que seguir priorizando con claridad el teletrabajo y una nueva organización de la jornada laboral para evitar picos en las horas punta en el transporte público», concluyó.
Tanto Metro de Madrid como Cercanías han comenzado a colocar vinilos en el suelo de los andenes de las estaciones con el objetivo de marcar la distancia interpersonal de seguridad entre los usuarios mientras esperan la llegada del tren.
Las pegatinas, de color rojo y fácilmente identificables, se están colocando con una distancia de separación de 2 metros, que coincide con la distancia de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias.
Cultura, ocio y deporte
Por otro lado, el Gobierno de la Comunidad de Madrid establece que es importante «tener en cuenta que las grandes concentraciones como conciertos, festejos o actividades deportivas deberán dejarse para la última fase» de la desescalada.
Con la actividad física y el deporte se apuesta por reactivarla de forma individual, comenzando por paseos o carreras. Posteriormente se pondrá en marcha la actividad en gimnasios, aunque aplicando las mismas restricciones que en el resto de locales de cara al público: el establecimiento de un aforo máximo para garantizar el distanciamiento social mínimo y unos horarios restringidos de apertura con el fin de evitar al máximo un posible rebrote. También se aprecian las mismas normas para limpieza y desinfección de los locales y la protección de sus empleados.
Piscinas
Madrid estudiará si abrir las piscinas este año durante el verano. Así lo indicó el pasado jueves el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno.
Según indicó Almeida, el Equipo de Gobierno de la capital es «consciente» de que las piscinas juegan un «papel fundamental» en el ocio veraniego de los madrileños. Sin embargo, desde el Ayuntamiento «no pondremos en riesgo la salud» de los vecinos, por lo que se llevará a cabo una «valoración equilibrada» según evolucione la crisis sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus COVID-19.
El año pasado, 13 de las 20 piscinas municipales descubiertas de la ciudad de Madrid abrieron sus puertas el 12 de mayo, con motivo de la festividad de San Isidro, y el resto que no estaban en obras fueron abriendo de manera progresiva. Sin embargo, las restricciones sanitarias y la necesidad de evitar la propagación del coronavirus hace peligrar esto.
En la misma rueda de prensa la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, informó de la cancelación de las fiestas y actividades promovidas por las 21 juntas municipales de distrito previstas entre los meses de mayo y octubre debido a la crisis del coronavirus COVID-19.
El objetivo de esta decisión es prevenir situaciones que puedan facilitar el contagio como las aglomeraciones, tal y como se está haciendo en otros ayuntamientos y ciudades europeas. Dicha decisión se sustenta también en la prórroga del actual estado de alarma hasta el 9 de mayo y la falta de determinación de cuáles serán las medidas que, una vez finalice la prórroga, se pondrán en marcha para llevar a cabo la salida del confinamiento y para evitar las actividades e iniciativas que supongan aglomeración de personas.
De ahí la próxima suspensión de todas las fiestas, actuaciones y actividades al aire libre o en recintos cerrados (salones de actos, auditorios, etc.) promovidas por las juntas de distrito que tengan previsto realizarse entre los meses de mayo a octubre. También de aquellas en las que, independientemente del lugar en que se celebren, no vaya a ser posible asegurar y controlar el acceso y las medidas de higiene, seguridad y distanciamiento social.
La medida afectará también a las fiestas de verano de los 21 distritos de la ciudad, que se desarrollan cada año entre junio y septiembre. En este sentido, el Área de Coordinación Territorial, Transparencia, Participación Ciudadana y Atención a la Ciudadanía, prevé la suspensión de los contratos o la no continuación de su tramitación.
Se estima que el crédito que se liberará de la suspensión de estas actuaciones superará los 4 millones de euros, que se destinará preferiblemente a actuaciones en materia de servicios sociales (en la medida de lo posible y de las circunstancias de cada distrito) y a la dinamización de la actividad económica. Además, una parte de esa cuantía será empleada para indemnizar a los adjudicatarios de contratos vinculados a las fiestas que se suspendan.
1 comment
Podemos tomar todas las medidas que en la mayoría son las adecuadas, pero el papel aguanta todo, que pasa en Carabanchel las mamparas de los centro de salud, entre el usuario y los administrativos, no es un presunto contagio para ambos,