La ONT ha acordado con las Comunidades Autónomas y los hospitales trasplantadores procurar la extracción cardíaca por equipos locales para evitar el desplazamiento de los sanitarios del centro receptor.
El Hospital Gregorio Marañón ha dado de alta a Chloe, una niña de un año y medio que presentaba una cardiopatía grave y que fue transplantada del corazón con un dispositivo especial por el coronavirus COVID-19. Ocurrió el pasado 21 de marzo, cuando el Área del Corazón Infantil del Hospital Gregorio Marañón, compuesta por cardiólogos y cirujanos cardiacos, logró realizar el trasplante cardiaco infantil.
Ante la situación actual de epidemia por coronavirus y la recomendación de evitar desplazamientos, especialmente en el personal sanitario de los centros hospitalarios, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha acordado con las Comunidades Autónomas y los hospitales trasplantadores un dispositivo especial que moviliza distintos equipos de la ciudad donde se produce la donación cardíaca para evitar el traslado de los profesionales del centro receptor.
Lo habitual es que el equipo trasplantador sea el que se desplace a extraer el órgano; aunque en la donación renal, hepática y pulmonar ya se producen este tipo de procedimientos para evitar desplazamientos innecesarios, con el corazón no se había realizado.
En esta ocasión se contó con los equipos de tres hospitales de diferentes Comunidades Autónomas para la extracción, que colaboraron estrechamente, y con una coordinación extraordinaria con el Hospital Gregorio Marañón. Una muestra más de la cohesión que existe en el Sistema Nacional de Salud.
“Pese a esta situación excepcional de pandemia, el Hospital Infantil Gregorio Marañón mantiene la atención urgente para sus pacientes pediátricos gracias al esfuerzo de todo su personal y el apoyo institucional, incluyendo toda la atención a niños con cardiopatías, e incluso hemos podido realizar este trasplante cardiaco gracias a la labor de los sanitarios del centro y la coordinación de la ONT”, señala Constancio Medrano, jefe de Cardiología Infantil del Hospital Gregorio Marañón.
En el contexto de la epidemia que vivimos, la actividad de donación y trasplante se está viendo afectada, si bien persisten los esfuerzos para continuar con los programas en la medida en que la epidemia lo permite.
“Toda la red está centrándose en particular en aquellos pacientes que se encuentran en una situación más grave y los que tienen más dificultades para trasplantarse, como es el caso de los niños. Por ello estamos consiguiendo realizar trasplantes pediátricos, gracias a la gran labor de los equipos de trasplante”, afirma la directora de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil.
Sin embargo estas intervenciones no podrían realizarse sin la solidaridad de la familia de los donantes, “familias a las que deseamos agradecer su generosidad en circunstancias tan dolorosas como es la pérdida de un ser querido”.
Domínguez-Gil también quiere mostrar su reconocimiento a todos los profesionales sanitarios que “realizan un doble esfuerzo en las UCI, donde atienden a pacientes con COVID-19 sin olvidar a aquellos que viven pendientes de un órgano vital para ellos”.
Una niña de año y medio
La receptora, Chloe, es una niña de un año y medio con una enfermedad cardiaca, miocardiopatía dilatada a consecuencia de una miocarditis vírica. “Las miocardiopatías son enfermedades del músculo cardiaco que producen una alteración de la contractilidad y el tamaño del corazón. Muchos de estos niños necesitan tratamientos y máquinas que ayudan a mantener su corazón a la espera, como en este caso, de un
trasplante cardiaco”, explica Constancio Medrano.
Hace algo más de un mes, su situación se agravó y se incluyó en la lista de espera de urgencias pediátricas. Ante esta circunstancia y la posibilidad de realizar el trasplante, el Hospital Gregorio Marañón aceptó la donación y activó todos los medios imprescindibles para llevarlo a cabo. Como marcan los protocolos de seguridad de la ONT, tanto al donante como al receptor se le realizaron la prueba del coronavirus y
ambos dieron negativo.
“La intervención duró unas siete horas y en ella participaron un equipo compuesto por diez profesionales entre cirujanos, anestesistas, enfermeras, perfusionistas del Marañón, mientras que en el hospital donante han participado intensivistas, cirujanos y enfermeras para el soporte y extracción del corazón”, explica Juan Miguel Gil Jaurena, jefe de Cirugía Cardiaca Infantil del Hospital Gregorio Marañón.
El estado actual de la menor es bueno, se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Infantil Gregorio Marañón y evoluciona favorablemente. “Se encuentra muy bien, hoy ya ha abierto los ojos varias veces” indica su madre.
“Gracias a que la Unidad de Trasplante Cardiaco del Hospital Gregorio Marañón sigue funcionando pese a la situación que estamos viviendo se ha podido llevar a cabo el trasplante de Chloe”, agradece su madre, que insiste en “dar las gracias a esas familias que hacen que esto pase, que a pesar del dolor tan grande que sienten, ayudan a vivir a nuestros hijos”.