Metro de Madrid va a destinar 5,78 millones de euros al mantenimiento integral de los ascensores de la red del suburbano madrileño durante los próximos cuatro años, según ha sido informado hoy el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid.
El contrato, que está dividido en cinco lotes, contempla también los nuevos elevadores que se van a ir incorporando próximamente, como los equipos que se están instalando dentro del Plan de Accesibilidad e Inclusión 2016-2020.
El objetivo de este Plan, que ha sido consensuado con el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, es lograr que el suburbano madrileño pase de un 63% de estaciones accesibles a un 73%, gracias a la instalación de 89 ascensores en 33 estaciones.
La red de Metro cuenta con 529 ascensores y es una de los más accesibles del mundo. En la actualidad están en marcha los trabajos de instalación de ascensores en las estaciones de Príncipe de Vergara, Gran Vía, Tribunal, Plaza Elíptica y Bilbao.
También se van a sustituir otros 13 elevadores en siete estaciones por otros modelos más modernos y eficientes.
Mantenimiento mensual
El nuevo contrato de mantenimiento contempla las revisiones mensuales que se realizan en todos los ascensores del suburbano madrileño, dentro del Plan de Mantenimiento Preventivo de la compañía. Asimismo, incluye la limpieza integral, la sustitución de suelos y, por primera vez, la reparación de los actos vandálicos que puedan sufrir, entre otras cuestiones.
Las averías que se puedan producir en los elevadores se monitorizan desde el Centro de Operaciones de Mantenimiento de Metro de Madrid, que tiene la capacidad para resolver pequeñas incidencias de forma remota mediante el control de las alarmas y datos del ascensor en tiempo real.
En caso de que sea necesaria una actuación sobre el elevador, un equipo de técnicos de mantenimiento se desplaza en el menor tiempo posible. Ocho de cada diez incidencias detectadas en los ascensores de Metro de Madrid se solucionan en un plazo de entre 1 y 12 horas.
Además, todos los elevadores pasan una inspección reglamentaria cada dos años, realizada por un organismo de control autorizado e imparcial que certifica que sus condiciones de funcionamiento y seguridad se mantienen.