- La placa en homenaje al escultor almeriense se ha colocado en la calle Ortega y Gasset, 87, en el distrito de Salamanca.
- En el caso de Ceesepe, ha sido en el número 23 de la Calle Mayor, en el distrito de centro, donde el artista tuvo su casa y su estudio.
Dos artistas, un escultor, Juan Cristóbal González; un pintor, ilustrador, toda una referencia de los años 80 del siglo pasado, César Sánchez Pérez, Ceesepe. Los dos, grandes representantes del arte español del siglo XX, fuertemente vinculados a la historia de Madrid.
Por eso el Ayuntamiento de la capital ha colocado dos placas en las fachadas de los edificios donde ambos tuvieron su residencia, dentro del Plan Memoria de Madrid. Ambos homenajes fueron propuestos por el PSOE de la capital.
La alcaldesa Manuela Carmena ha acudido a primera hora de la mañana a la calle de Ortega y Gasset, 87, domicilio de Juan Cristóbal, donde en compañía de la hija del artista, Teresa Cristobalina González, y representantes de Ciudadanos como el edil Miguel Ángel Redondo y la concejala Ana Domínguez, del PP como el concejal Luis Miguel Boto, y del PSOE como su portavoz Purificación Causapié, el concejal Ramón Silva y la responsable de Cultura socialista, Mar Espinar, ha rendido homenaje al escultor almeriense, fallecido en 1961.
Juan Cristóbal González nació en Ohanes, Almería y, gracias a una beca concedida por el Ayuntamiento de ese municipio, pudo venir a Madrid y trabajar en el taller de Mariano Benlliure.
Como Ceesepe, fue un artista autodidacta, por cuyo estudio pasaron personalidades como Indalecio Prieto, Falla y Pérez de Ayala. La alcaldesa recordó precisamente la estrecha amistad que unía al escultor con Manuel de Falla, con quien el Ayuntamiento inició en 1990 el Plan Memoria de Madrid. La placa del músico fue la primera instalada en la ciudad. “Es precioso, que haya unos alcaldes u otros, la memoria siga discurriendo”, señaló Carmena.
En estas casi tres décadas, se han instalado más de 380 placas. Un paseo por los parques de Madrid nos devuelve algunas de las obras de Juan Cristóbal, como el Monumento a Cuba, en el Retiro, un trabajo conjunto con Benlliure y Blay. O la cabeza de Goya, actualmente en el parque de San Isidro, y el monumento al poeta Enrique de Mesa, en el parque del Oeste.
Ahora, “la placa de Ortega y Gasset nos cuenta que aquí vivió un gran hombre. Una persona que compartió esta calle, este cielo. Que fue aquí donde ideó parte de sus esculturas y ejercitó sus manos para conseguir esta belleza. Es la memoria y aquí la dejamos”, afirmó Carmena.
César Sánchez Pérez, Ceesepe
En la fachada de Mayor 23, donde tuvo su casa y su estudio César Sánchez Pérez, Ceesepe para la historia, se encuentra la placa en su memoria, dentro del homenaje que el Pleno de octubre pasado decidió por unanimidad hacer a este ilustrador, pintor, artista madrileño, fallecido en septiembre de 2018, a los 60 años.
“Mirando su obra y siguiendo la línea de su vida te das cuenta que cómo personas geniales hacen que el mundo a su alrededor sea singular y también genial” dijo la alcaldesa al tiempo que anunciaba su aspiración: que estas placas de memoria estén en un futuro próximo conectadas a una memoria informática para que el paseante, desde su teléfono móvil, pueda conocer la vida y la obra de quienes han dejado su huella en la ciudad.
Ceesepe, hijo y nieto de carpinteros, autodidacta de formación, es un referente de la ilustración y el collage que se inició con el comic más underground de los 70, convirtiéndose en un artista prolífico y uno de los protagonistas culturales de La Movida. Una época singular en la vida de la ciudad que, como dijo la alcaldesa, “se llenó de color, de vida, de arte, entre otras cosas, gracias a esas personas geniales como Ceesepe”.
Sus dibujos aparecieron en publicaciones emblemáticas del último cuarto del siglo XX -El Víbora, Madriz, Madrid me Mata, o La Luna de Madrid-. También sus carteles para algunas de las primeras películas de Almodóvar –Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y La ley del deseo, quedan en el imaginario de todos.
Tras alejarse del cómic, se dedicó fundamentalmente a la pintura, con exposiciones en París, Ámsterdam, Ginebra, Nueva York o Madrid (Centro Cultural de la Villa, 1985; Academia de San Fernando, 1991…). En Arco’84 fue el artista más vendido. Ahora, como subrayó Carmena, “un pedazo de latón” recordará a quien pase por esta fina que aquí “vivió alguien grande”.