En el marco del plan de inversiones 2016-2019, la Comunidad de Madrid aprobó la construcción de los centros de salud de Comillas, Abrantes y Quince de Mayo, en Carabanchel Bajo, una actuación que calificó de “alta prioridad”.
Han pasado tres largos años y la vecindad no ha visto una sola piedra de alguno de ellos. Por eso, la Coordinadora de Asociaciones de Carabanchel llama a manifestarse el próximo martes 26 de febrero a las 18:00 horas desde la Plaza de Oporto.
“¿Esto es lo que entiende por alta prioridad el Gobierno regional?” se pregunta Elena Sigüenza, de la Coordinadora de Asociaciones de Carabanchel, antes de subrayar que los vecinos llevan más de 16 años esperando la apertura de los tres equipamientos. “Estamos hartos de que se burlen de nosotros y nosotras, hartas de ser ciudadanas de segunda”, apostilla la portavoz vecinal.
Con este mar de fondo, la coordinadora ciudadana ha convocado una manifestación para este martes, 26 de febrero, que a las 18:00 horas partirá de la Plaza de Oporto y finalizará en la Glorieta de Marqués de Vadillo, tras discurrir por la calle General Ricardos.
La protesta, con el lema “¡Centros de Salud YA! No queremos más demoras ni mentiras!” se producirá exactamente un año después de la celebración de una manifestación casi idéntica. Los vecinos vuelven a la calle porque en estos doce meses apenas se han producido avances. “Nos han mentido. Dijeron que los tres centros de salud, al ser prioritarios, se iban a construir en esta legislatura, pero estamos a punto de finalizarla y no han puesto ni un solo peldaño”, se queja Sigüenza.
El pasado mes de diciembre y a preguntas del diputado del Grupo Socialista (PSOE) en la Asamblea de Madrid, Rafael José Vélez, el Gobierno regional indicó que el Centro de Salud de San Isidro-Quince de Mayo “se encuentra dentro de las necesidades de nuevos centros de Atención Primaria y se está trabajando para que próximamente se ejecute y sea una realidad”.
De los tres equipamientos comprometidos, este es el que se halla en la fase más avanzada, pues ya tiene su “proyecto básico y de ejecución de obra” y cuenta con un informe favorable de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid. Para su ejecución, el Ayuntamiento de Madrid ha transferido una parcela que se encuentra en la calle Comuneros de Castilla, 30.
Los otros dos centros carecen aún de proyecto, y el de Comillas incluso de terreno sobre el que cimentarse. “Durante el ejercicio 2019 se procederá a la licitación, contratación, redacción y supervisión del proyecto básico y de ejecución del nuevo centro de salud, para lo cual existe dotación presupuestaria en el anteproyecto de presupuestos de 2019”, aseguró el Gobierno regional en diciembre al referirse a los retrasos en la construcción del Centro de Salud de Abrantes, que de igual forma se levantará en un terreno cedido por el Consistorio.
Por último, la Comunidad de Madrid ha rechazado la parcela propuesta por el Ayuntamiento para edificar el Centro de Salud de Comillas, al entender que sus 1.814 metros cuadrados son insuficientes “para las necesidades recogidas en el Programa Funcional de nuevo centro”, ya que estas requieren “una superficie asistencial de unos 3.100 m² construidos”, según respuesta del Gobierno autonómico a la pregunta del citado diputado Vélez.
Al despreciar el terreno que iba a ser transferido, que se encuentra en el número 22 de la calle Antonio Leyva esquina calle de la Verdad, el proceso de construcción del Centro de Salud de Comillas vuelve a la casilla de salida. “No entendemos por qué a la Comunidad de Madrid no le sirve la parcela de Antonio Leyva; a nosotros no nos parece tan pequeña, de hecho es solo 200 m² menor que la del centro Quince de Mayo. Además, podría construir en altura, como ha hecho en otros sitios”, sugiere Sigüenza.
“Pero nada, la Comunidad de Madrid seguirá pagando a propietarios privados miles y miles de euros cada mes en concepto de alquiler de los locales comerciales que hacen las veces de los tres centros de salud de la discordia, como ha hecho todos estos años”, denuncia la portavoz vecinal.
En 2003 la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y el Ayuntamiento de Madrid firmaron un Plan Especial de Inversiones para Carabanchel que incluía el acuerdo de cesión a la Comunidad de Madrid de tres parcelas para construir otros tantos centros de salud. Dos años después, el Consistorio cedió un cuarto solar en la zona del PAU de Carabanchel.
Desde entonces, a pesar del compromiso del Gobierno regional de usar los terrenos para ese fin, solo ha abierto el Centro de Salud de Carabanchel Alto, mientras buena parte de la vecindad del distrito se ve obligada a recibir Atención Primaria en un centro de salud de Arganzuela, el Paseo Imperial, y en tres precarios espacios ubicados en locales comerciales de Carabanchel Bajo.
Este hecho afecta a más de 78.000 habitantes del distrito, de los cuales 11.000 están adscritos al equipamiento de Arganzuela y el resto se reparte entre los centros temporales de Abrantes, Comillas y Quince de Mayo.
Las asociaciones vecinales llevan 16 años reclamando que estos tres últimos, hoy obsoletos y saturados, sean reemplazados por centros de salud modernos y adecuadamente equipados. Todos los grupos políticos con representación apoyan esta vieja reivindicación vecinal, pero el Ejecutivo autonómico no parece tener mucha prisa en hacerla realidad.